Ya transcurrieron una gran cantidad de años de ese amor, mucha agua corrió bajo el puente. No obstante, esa historia regresa a la superficie una vez más, con diversas aristas. El romance que protagonizaron Fede Bal y Laurita Fernández volvió a la palestra.
Todo se centra en un mito, un episodio remanido que transitó por el ostracismo, por el ocultamiento como si fuese el Santo Grial. Cientos de teorías, declaraciones cruzadas y contrapuestas. Pero ya salió a la luz la verdad, la absoluta realidad.
¿De qué se trata? En 2016, Fede salió a la pista de Showmatch y exhibió con orgullo un tatuaje algo polémico, una boca femenina pintada con rush rojo furioso. En esa época de noviazgo con Laurita todos consideraron que era un homenaje a su pareja.
No obstante, se desentrañó el misterio. A pesar de las intenciones de Bal de confundir el origen de ese diseño en la piel, ya no se puede ocultar el sol con las manos. Laurita puso los puntos sobre las íes y reveló toda la verdad.
En la visita a LAM, Fernández explicó el origen y confesó cómo se enteró de ese tatuaje: "Él creo que nunca admitió públicamente que era mi boca pero me acuerdo que yo me enteré en el aquadance. Estábamos esperando las sentencias con las batas puestas y nosotros no estábamos en un buen momento como pareja... la cosa es que me llama, se corre la bata y me lo muestra... adelante de todos".
En cuanto a la reacción en ese instante extraño, Laurita narró: "Yo me puse re nerviosa, empecé a temblar, me puse toda roja.... Le dije que estaba loco. Espero que no se haya arrepentido".