Cambia, todo cambia. Los vientos soplaron con fuerza sobre el lazo entre Pampita y Benjamín Vicuña, y ahora el contexto difiere del paradigma anterior para abrir las puertas a un escenario de extrema armonía, cariño y compañía.
Desde que el chileno escribió el punto final de su pareja con la China Suárez se concatenaron diversos acontecimientos llamativos que retrataron un acercamiento profundo a Carolina Ardohain. De ese modo, el actor se mostró mucho más en sintonía con su exesposa.
El grado de confiabilidad aumentó a tal límite que Benja encontró de nuevo el amor en las entrañas del círculo de Pampita. Sí, el trasandino se enamoró fervorosamente de Eli Sulichin en el patio de la casona de su ex, en una tarde soleada en la que se celebró el bautismo de Ana, la hija más pequeña de Carolina.
En definitiva, muchas fuentes aseguraron que la mudanza de Vicuña a Barrio Parque aumentó también la frecuencia de momentos compartidos con Pampita y Roberto García Moritán. Toda una nueva realidad, que dista notoriamente de lo que sucedía durante la gestión de la China Suárez.
La vibra positiva que late entre la modelo y el chileno activó la incógnita del origen. Por eso en el ciclo de Fabián Doman le consultaron: “¿Por qué antes no se daba esta fluidez con el papá de tus hijos, por qué no se los veía compartiendo momentos juntos como lo hacen desde hace un tiempo?”.
Así se produjo la revelación de Ardohain sobre el argumento de esta armonía con Vicuña: “Tal vez porque no publicábamos las fotos; en todos los momentos importantes de los chicos siempre estuvimos todos, ellos siempre fueron la prioridad”.
Y para agregar un poco más de fundamentos a esa respuesta políticamente correcta, Pampita sostuvo: “Tal vez no publicar las fotos también fue contraproducente porque pensaban que estábamos enemistados al no tener esos momentos retratados, pero los chicos siempre contaron con su familia unida”.