Se terminó el misterio. Ya no hay incógnitas, ni dudas, ni especulaciones en torno a Jorge Rial y su situación amorosa con Romina Pereiro. Ese campo eterno de versiones se transfiguró en un terreno de oficialización absoluta de la separación, del fin de la pareja.
Tras semanas, y semanas, de informaciones cruzadas, de datos que brotaron a la luz, de fuentes cercanas que referían a una disolución del matrimonio, el conductor decidió salir a la palestra y destrabar toda esa presión para confirmar el divorcio.
Con el horizonte enclavado en disipar para siempre los rumores y tratar de proteger a Pereiro, Rial detectó como una maniobra correcta calzarse las responsabilidades al hombro y salir a explicar todo lo que sucede en su plano amoroso.
De ese modo, Jorge absorbió largos minutos de su programa radial para armar un relato extenso, en el que navegó por diversas aristas de la ruptura de la pareja. “Estamos separados hace mucho, no es reciente. Dejen en paz a Romina. Seguimos siendo familia. Hoy parece definitivo, pero no lo sé”, expresó.
En ese terreno de revelaciones, de desbaratar las elucubraciones, el creador de Intrusos aportó indicios, datos, de los motivos que influyeron para entender que el amor ya no alcanzaba y que la mejor opción se centraba en culminar en buenos términos el lazo con Pereiro.
Claro que las razones más profundas solo las conoce él y que vibran en sus entrañas, pero Rial aportó una explicación. "La pandemia, personalmente, a mí me partió psicológica y físicamente. Pensé que no iba a pasar, pero pasó", contó.
Y también reconoció en público que lo inunda una angustia, una daga que lo atraviesa por el cierre de esta etapa que comenzó en 2017 con Romina. “Es doloroso, la estamos pasando mal. A mí me cuesta, hay veces que no tenés ganas de venir a laburar, no es fácil”, confesó el histórico conductor.
