La atmósfera se tiñó con un aura distintiva, cargada con las emociones, en un abanico enorme desde el llanto a la risa, desde el recuerdo a los homenajes. La partida de Gerardo Rozín movilizó a cientos de miles y a partir de su calidad humana se encadenaron los agasajos.
La peña del morfi decidió, acertadamente, desarrollar un programa muy especial, enteramente dedicado al rosarino, a todo lo que ejecutó, a su labor, y sobre todo a su costado más personal, para compartir con los espectadores los rasgos de su personalidad.
Por eso, apenas se prendió la luz roja de este domingo se experimentaron situaciones maravillosas y también desgarradoras. En el arranque, Jésica Cirio se sumió en un llanto, como era lógico, por todo lo que borbotea en sus entrañas, en su torrente sanguíneo en este presente. La blonda no pudo contener las lágrimas.
Tras un baño de aplausos en el estudio, la modelo expresó: “Hoy es un día muy especial para todos nosotros. Es muy difícil estar acá parados, pero cada uno de los que estamos acá somos parte de una gran familia y esa familia la creó Gerardo”.
Con todos los integrantes de pie, con aplausos sentidos, llegó el pase a Eugenia Quibel, la pareja de Gerardo desde 2015, con quien se eligieron mutuamente para caminar juntos de la mano por el sendero de la vida. La locutora del ciclo lloró, con lágrimas que recorrieron sus pómulos.
A la hora de darle ese momento, Eugenia apenas pudo expresarse, porque los sentimientos le recorrieron las entrañas, y así logró manifestar: “Mi compañero, un maestro también. No desligamos hace muchos años, en la radio y en la televisión. No quiero profundizar ahora, ya tocará hablar de eso”.