Muchos quizás no lo recuerden, pero Alejandra Maglietti, poco después de hacerse conocidísima como “la chica de la publicidad” de aquellos nachos (tan llenos de glutamato monosódico que son tan adictivos como la cocaína), tuvo su breve pero bastante exitosa “aventura pop”.
Es que la Maglietti fue parte, junto con Victoria Vanucci (ahora renacida como “Vic”), Ivana Pallioti y Dominique Pestaña, de un grupo musical llamado Electrostars, una patraña que era furor en los boliches más por los looks sensuales de las chicas que por su música.
Porque la banda era, como ella misma confesó el año pasado en Flor de equipo, una mentira total, ya que ninguna de las cuatro entonaba ni media nota. Y en las últimas horas, la panelista de Bendita recordó este capítulo de su pasado con un comentario muy sincero y gracioso.
Mientras se divertía en el Lollapalooza, Ale vio que la cuenta Real Time Rating se burlaba en Twitter de las mediciones del festival de música con un viejo clip de las chicas bailoteando en el Parque Roca.
Sin dudarlo, la chaqueña compartió el video y expresó, con emojis de carcajadas, “¡Derecho al olvido!”, en referencia al caso de Natalia Denegri, que la semana pasada llegó al país para pedirle a la Corte Suprema que se desligue su nombre en los buscadores de las escenas de violencia donde aparece.
Luego, siguiendo el juego, Ale anunció con una foto actual: “Volvieron las #electrostars”. Y, finalmente, a la vista del efecto de sonido que está presente en la mayoría de los nuevos artistas, la abogada reflexionó sobre su performance: “Con el autotune que usan muchos ahora no se si era tan ´falsa´”.
“¡Es terrible! La peor mentira, que duró un tiempo, fue cuando con las Electrostars dijimos que cantábamos. Todos pensaban que nos ponían algo y nos arreglaban la voz. Bueno, ni siquiera era nuestra voz”, le confesó Ale a Flor Peña.
“Nos vinieron a buscar en Miami y les mentimos. Fueron a buscar una limusina y les hicimos creer que éramos un grupo top de Argentina. La idea de hacer un grupo de chicas fue nuestra, pero cantábamos para el culo, perdón. Cantábamos malísimo”.
“Cantamos en el Mundial de Sudáfrica, Miami, Puerto Rico. ¡Fuimos a Viña del Mar y fuimos un exitazo! Nos amaron. Se terminó porque en un momento nos dio vergüenza. Mi mamá me llamaba y me decía ‘por favor, basta, sos una chica que está estudiando Derecho, no podés seguir con esto”, dijo aquella vez, entre risas.