El Pollo Alvarez ya ganó su propio mundial: en las últimas horas pudo concretar el deseo que venía expresando desde hace años y años, conocer a Lionel Messi, abrazarlo y sacarse una foto junto a él. Claro que quiere que Lío levante la última copa que le falta sostener cuando la dispute en Qatar entre noviembre y diciembre, pero él siente que ya es campeón.
Messi no es el ídolo del Pollo Alvarez: es mucho más que eso. El conductor de Nosotros a la mañana ha manifestado, infinidad de veces, que por la Pulga siente una especie de adoración que no se la provoca ninguna otra persona en el mundo, ya sea deportista, artista o lo que fuere. Si tiene que poner las manos en el fuego por el as del PSG y el seleccionado argentino, lo hace sin pedir guantes ni protección. A las llamas derecho.
Con el tiempo, El Pollo forjó una buena relación con la mamá de Messi, Celia María Cuccittini. Incluso, ella le confesó varias veces que mira su programa, le dijo que se puso contenta cuando volvió LMN después de dejarle su lugar a LAM para que entrara un fallido proyecto de Mariana Fabbiani, y le manda mensajes hasta estando al aire. El siempre le contó sus deseos de sacarse una foto con su hijo.
El Pollo había programado una salida con su mujer: irían a cenar a Gardiner, uno de los restaurantes top de la cotizada gastronomía porteña. Unas horas antes le llegó el mensaje que le cambió el ánimo y le movió la estantería: le avisaban que esa misma noche, después de ver a Suar y a Peretti en el teatro, La Pulga iría a comer al mismo lugar. Se iba a dar el encuentro que esperó, imagino, sonó e idealizó tantas veces. Por fin llegaba el momento sagrado. Para él -los entendidos sabrán, los que no ir a Google- era como para Messi dar la vuelta con la Jules Rimet recostada entre sus brazos.
"La pasé mal porque estuve toda la tarde nervioso y preparándome. Pensaba "qué me pongo, me pongo esto, me pongo lo otro, no, no... me saco, me pongo". Todo el tiempo así. Incluso íbamos a ir al teatro, y le pido perdón a la gente de Sex, pero no daba ir. Ya lo haré, pero iba a estar todo el tiempo pensando en ese encuentro. No, lo nervioso que estaba no se puede creer", admitió el periodista, confesó hincha de Independiente.
"Fue genial, porque el restaurante tiene un lugar privado, como un vip, pero él quiso ir al salón con toda la gente. Como en el teatro, que estuvo en la sala como todo el mundo. Ahí pude conocerlo, a él y a la familia. Una humildad, una sencillez, todos geniales y muy amables. Estábamos charlando y le dije "¿Da para una foto?" y pensé que por ahí me decía que no, pero aceptó y le pedí a Tefi que por favor la sacara bien, le metí presión. Es hermosa la foto, esa va directo al portaretrato, al corazón. A todos lados. Fue un sueño. Fue una felicidad". Listo el... Pollo.