Algún encanto debe tener Wanda Nara: hombre que se le acerca, hombre que cae rendido a sus pies. Ya antes de Maxi López había tenido una punta de conquistas. El rubio sucumbió como loco y se convirtió en su marido. Mauro Icardi llegó a su casa como "amigo de Maxi" y hoy es su esposo. Para confirmar la teoría, el guardaespaldas que la custodió cuando vino a inaugurar la tienda de su marca de maquillajes se enamoró de ella y ahora no puede olvidarla.
En un curioso reportaje que le dio a Socios del espectáculo, el muchacho, que mide casi un metro noventa y está entrenado para cumplir riesgosas misiones de inteligencia y seguridad, se sonrojó varias veces cuando tanto la dupla Lussich-Pallares como las panelistas le preguntaron de manera directa si estaba enamorado de Wanda.
Aunque se preparación le permitiría enfrentar peligrosos hampones, temibles sicarios, narcos sanguinarios, o participar del conflicto que se desarrolla en Ucrania y sacude a todo el mundo, el fortachón no se animaba a decir nada cuando le hacían esa consulta: incluso, como si fuera un adolescente que descubre que le gusta alguien, agachaba la cabeza, se ponía todo colorado y sonreía tímidamente con los ojitos iluminados.
La conclusión, entonces, la sacaron los propios integrantes del programa. Mientras el sonidista, sin perder tiempo, hacía escuchar música melódica y romántica, tanto la dupla de conductores como las chicas que se sientan a la mesa (Mariana Brey, Paula Varela, Luli Fernández, Karina Iaviccoli y la enorme y vigente Graciela Alfano) diagnosticaron el fulminante enamoramiento.
El guardaespaldas, a quien se conoce como Agustín "Longa" Longueira, ya había dicho en su momento que Wanda le parecía una mujer "muy atractiva" pero hoy cruzó todas las barreras imaginables al reconocer que "me hubiera encantando tener algo con ella" y que se lo imaginaba sobre todo "las dos veces que nos quedamos los dos solos, una vez en un ascensor. Fueron minutos". Luego, lamentó que "siempre llegaba Kenny".
Kenny es Kenny Palacios, el inseparable asesor de Wanda que le "escupía el asado" a Longoria cada vez que tenía a la rubia a tiro como para profundizar el vinculo. Sin embargo, contó que una noche, después de la recordada presentación en el shopping Abasto, "seguimos a un after donde hubo ánimos distendidos y pudimos tomar algunos tragos. Ella estaba mal pero yo la veía bien, no es que estaba llorando por los rincones". Cuándo le preguntaron qué pasó entonces, en esa circunstancia más intima, Longoria sólo hizo silencio. Y sí, quedó la duda...