Después de ser vapuleado por Flor Vigna, Nico Occhiato dio la cara y habló de las potentes y polémicas frases de su ex, que criticó con mucha fuerza "la vida íntima" que tuvieron a cuentagotas mientras eran pareja y elogió con la misma vehemencia el goce sexual que conoció, experimenta y disfruta de múltiples maneras desde que está de novia con Luciano Castro.
A la salida de uno de sus trabajos, el conductor y ex campeón del Bailando por un sueño habló con el programa Socios del Espectáculo, que con la batuta de la dupla Lussich-Pallares tocó el tema con un enfoque claro: para ellos, como para muchos más, Vigna lo destruyó y "lo mandó abajo del tren".
Sin perder la sonrisa ni evadir el tema -si bien es reacio a referirse a cuestiones vinculadas a su privacidad- Occhiato no se mostró sorprendido ni ofendido por la decisión de Vigna, quien fue su novia en 8 períodos diferentes, de ventilar todo lo que sucedía entre las sábanas que compartían...pero no desgastaban. Al contrario: prefirió no atacarla.
Cuando el cronista de Socios del espectáculo le preguntó qué le parecían las palabras de Vigna, Occhiato le pidió que le informara qué había dicho. Cuando supo, se limitó a responder "A mi me parece perfecto. Y me hace feliz que la esté pasando bien, por supuesto. Si tiene ganas de contarlo, está en su derecho. Nada más. No tengo mucho más para decir".
El periodista pretendió averiguar algo de la actualidad y el presente sentimental de Occhiato, pero el muchacho volvió a poner un manto sobre esa situación. "Bueno, ahí podemos ser distintos, porque yo prefiero mantener ese tipo de cosas en mi privacidad. No tengo ganas de hablar de esas cosas, pero estoy bien, yo no la paso mal", se limitó a aclarar para despejar dudas.
Por último, desmintió que haya tenido algo con Emily Lucius. "Pusieron una foto de Emily con un pibe en un gimnasio, y yo hace tres meses que no voy a uno, así que imposible que fuera yo", manifestó. Vigna le había pegado por duplicado. En una sin nombrarlo ("El sexo lo redescubrí a los 25 años y Lucho me enseñó a tener otra conexión") y en otra con una mención directa: "Llegábamos a casa a la noche y en vez de garchar mirábamos programas chinos para buscar contenidos. Nos iba bárbaros como socios y como conductores de televisión, pero la cama ni la tocábamos". Más claro, imposible.
