Marcelo Gallardo se erige en un personaje de extrema visibilidad, de enorme trascendencia, merced a su trayectoria impresionante como entrenador de River Plate, también imanta el interés de los paparazzis por su ámbito privado, por su plano personal y amoroso.
El director técnico ha sorprendido en las últimas horas por la visibilidad de una cuestión íntima, justamente para él que siempre resguardó a rajatabla su privacidad. Todo se vincula con la corporeidad que volvió a adquirir el romance con Alina Moine.
Todo explotó por los aires en los últimos días, cuando, en Socios del espectáculo se arrojaron a corroborar la nueva aventura de Gallardo y la periodista deportiva. De hecho, Karina Iavícoli reveló: “Me dijo Geraldine que está en el Sur con uno de los hijos que juega al fútbol, que viajó con un amigo y no tiene novio”.
Desde ese punto se enhebraron una enorme cantidad de análisis, de indicios, de búsquedas de fuentes certeras para corroborar la información. La propia Alina acudió a la desmentida, porque en el ciclo de Rodrigo Lussich y Adrián Pallares bramó: "El día que tenga ganas de contar que tengo novio me saco una selfie y se la mando”.
Empero, ya suena a una realidad absoluta que el Muñeco y Geraldine no conviven, ni mantienen el matrimonio. Así que ahora el foco de atención se direccionó al proceso de divorcio, de una pareja que caminó por el altar hace muchísimas décadas.
Luli Fernández tomó la lanza y se sumergió en esta temática sensible para narrar: "Hay una gran cantidad de dinero que entra en juego en esta división, es un matrimonio de 30 años el que se termina y por lo que me cuentan, el Muñeco tiene devoción por sus hijos, especialmente por el más chiquitito y por eso, no quiere hacer ni decir nada que pueda generar conflictos que afecten al menor".
En la repartija se estima que saltará al campo de conflicto un departamento de más de un millón y medio de dólares en Núñez, una serie enorme de autos, además de una propiedad en un country. Y ni hablar de la estipulación de una cuota alimentaria para los hijos menores de edad de Marcelo: Matías, Santino y Benjamín.