A casi un año de que se cumpla un año de la muerte de Mauro Viale, su esposa Leonor lo recordó de la mejor manera. Cuando el periodista partió el periodismo quedó paralizado. Y es que, logró ganarse un gran reconocimiento por la pasión que le ponía su trabajo.
Fue Jonatan Viale quien habló de la partida de su padre a fin de año: "Debo confesar que el 21 es un número que me caía simpático. Atajaba en mi club de fútbol, Hebraica, con la camiseta 21; mi hijo, Rafi, nació a las 21. No sé por qué siempre me gustó el 21; Borges dice que uno se encapricha misteriosamente con algunos números. Como sea, terminando el 2021 puedo decir que esa simpatía por el 21 se perdió para siempre".
Y agregó: "¿Cómo empezó el 2021? Me acuerdo cuando brindamos a las cero horas del 1º de enero. La frase fue: ‘Nada puede salir peor que en 2020′. Sin embargo, así fue. Objetivamente. Pero lo más importante es que 2020 por lo menos para mí había cerrado con mi familia entera: mi mamá; mi papá; mi hermana; mi cuñado; mis dos sobrinos; mi esposa; mis dos hijos; mis suegros; mi cuñada; mi cuñado; mi otro sobrino".
Emocionado reveló: "Pero nunca imaginé cerrar el 2021 sin mi papá porque el maldito Covid se lo llevó. Me duele no verlo más, no abrazarlo más, no charlar, no recibir sus mensajes... eso es lo que más extraño; además de extrañar sus caricias, los almuerzos, además de todo lo obvio. Lo que más me duele es esa muerte precipitada e injusta, como la de tantos otros argentinos".
Hoy en LAM Leonor reveló que le harán un homenaje a Mauro dejándolo ir ya que su religión tiene esa tradición: "De acuerdo a como son los ritos de la religión, indica que el duelo dura un año y se cierra, simbólicamente, con un monumento de mármol, se le hace toda una inscripción donde cada uno le dedica una frase de amor, porque indudablemente hubo amor, entrega y enseñanza de este gran maestro. Va a venir el rabino a cerrar esta ceremonia".
"Esto es algo de cada uno. Yo no digo lo que pude cerrar, pero estoy cicatrizando", cerró Leonor y reveló cómo fueron los últimos días: "No se quería atender, y ninguno medimos que iba a tener los pulmones como los tenía, que cuando al fin lo internaron me dijeron que los tenía esmerilados. Nunca tuvo síntomas más que la fiebre y que había pedido el apetito".
