Los flashes, los reflectores, la visibilidad se posó en la figura de Mica Viciconte, que gozó enormemente las mieles de la consagración en la tercera temporada de MasterChef. Claro que el otro ganador del reality fue Tomás Fonzi, que logró acceder a la gala definitiva, a ese duelo por el título.
El actor sorteó durante meses las complejidades de crear en las hornallas, convenció a los estrictos jurados, pudo demostrar su evolución en la cocina y así se sumergió de lleno en la final. Claro que en ese último obstáculo se topó con la pareja de Fabián Cubero y no pudo abrazarse al trofeo.
Más allá de esa derrota, el hermano de Dolores Fonzi camina por las nubes, con mucho orgullo por el camino recorrido. Y en cuanto a ciertos contratiempos que surfeó en los días previos a la definición, Tomás contó: “Al principio eran los ensayos a la mañana y después eran los ensayos a la tarde, por lo que no quedaba tiempo para estudiar y prepararse”.
En una entrevista con Por si las moscas, Fonzi se animó a nadar por las aguas de los factores incómodos de MasterChef, por esas características del show que le jugaron en contra. Por eso, el actor confesó lo que más odió del reality de Telefe.
Tomás reveló con todas las letras la circunstancia que no pudo tolerar y que le despertó indignación: “Lo que más odié del programa, obviamente, es ese maldito reloj. Básicamente lo que odié del reloj”. En referencia al límite que se le impone a los concursantes para resolver cada plato.
En la profundización de su argumento, Fonzi especificó: “A veces terminás maltratando una preparación que venís llevando adelante con mucha dedicación o alguna materia prima. Freir papas fritas en un litro de aceite, en mi casa, jamás. El reloj fue el enemigo número 2”.