En medio de una seguidilla de versiones encontradas que hablan de un fuerte enojo en su contra por dejar "plantado" al equipo de trabajo de La Voz Argentina, Ricardo Montaner llegó al país. El artista será parte de la nueva temporada del concurso de talentos y estaba previsto que pise tierra argentina y se sume al trabajo el último lunes, pero no sucedió.
Con las grabaciones programadas para comenzar ese mismo día en los estudios de Telefé, en Martínez, Ricardo nunca llegó. Se dijo que fue a consecuencia de una escala que hizo para visitar a Indigo, su nieto nacido hace pocos semanas y que eso hizo que perdiera el vuelo.
Con todo armado para arrancar con la nueva temporada del certamen musical, la bronca se habría instalado contra Montaner por el dinero invertido para traer a muchos de los participantes que vienen en el interior del país, por haberles pagado sus correspondientes alojamientos y porque el equipo de maquillaje y de peinado estaban listos para trabajar.
Pero nada de eso fue posible porque el jurado del ciclo que nuevamente conducirá Marley y que debutará en las próximas semanas, arribó un día después. Y aunque Ricardo manifestó su molestia por la problemática que tuvo en un vuelo que, según él nunca pudo concretar, se molestó porque una cámara lo esperaba en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Al bajarse del transporte aéreo y caminar por el recinto rumbo a una camioneta, Montaner fue "interceptado" por el cronista Alejandro Castelo para LAM, el programa de las noches de América. El periodista le hizo varias preguntas que el intérprete atinó a contestar con monosílabos.
Incluso, en un momento se "burló" del cronista al decirle que Stefy Roitman, su nueva nuera, casada en febrero con Ricky, uno de sus hijos, está embarazada. Y sobre el final de la nota, Ricardo manifestó su enojo, más allá de la clara molestia que se le veía en sus expresiones y en su forma de contestar.
"¿Te estoy molestando? No te quiero molestar", le dijo Castelo, con su clásica simpática. Pero Montaner fue categórico en su devolución: "Estoy muy incómodo, vienes con la cámara prendida", apuntó Ricardo, antes de subirse al "cuatro ruedas" que lo llevó a su casa local.