De 2020 a esta parte, Lío Pecoraro siente que volvió a nacer. Así lo hizo notar en su visita a PH Podemos Hablar, donde contó cómo fue que se enteró de que padecía leucemia, enfermedad por la que su hermana terminó donándole médula ósea y por la que debió someterse a un largo tratamiento oncológico.
De regreso a sus actividades habituales, fortalecido y habiendo terminado la última fase de su tratamiento, Lío no dudó en dar un paso al frente en el programa de Telefe para contar cómo la vida le cambió en un instante mientras trabajaba en la tele, un día cualquiera, si dos años atrás.
"Yo estaba haciendo un programa en Canal Nueve, Todas las tardes. Estábamos reunidos en el patio, en plena pandemia, y pasó José María Listorti. Lo saludé, pero en mi cabeza dije '¿qué nombre le dije a este tipo?'. Eso me hizo ruido y me advirtió", empezó el conductor de Crónica.
"Pasaron los minutos y tenía que microfonearme en el estudio. Le pregunté a una de las productoras cómo me veía, porque pensé que me había dado un ACV y que tenía la boca torcida", siguió.
"Ella me dijo que me veía bien, y yo le dije: 'Sé quién sos, pero no me sale tu nombre'. Quería salir al aire, pero llamaron a mi compañero, Fernando Piaggio, para avisarle la situación. Vino una ambulancia y yo no podía hablar ni articular", avanzó.
En ese momento, Pecoraro se hizo estudios de la cabeza y salió que todo estaba bien. Sin embargo, luego debió encarar lo que le estaba pasando: “En el chequeo general salieron valores alterados: blancos, plaquetas y rojos. Repetimos los análisis y dieron peor".
"Decidieron hacerme otro estudio y ahí saltó la sospecha de leucemia. Era un sábado, no había ido a Crónica a hacer mi programa. Llamé a Fernando para decirle que me venga a buscar porque me tenían que internar", recordó el conductor de El run run del espectáculo.
Fueron dos meses de internación, desde principios de octubre de 2020 hasta inicios de diciembre. A Lío le diagnosticaron leucemia mieloide aguda. “Aguda porque se dispara de un día para el otro. El tratamiento consta de una punción de médula, gracias a Dios logramos el resultado, y después vienen tres etapas de consolidación", explicó.
"En la Fundación Favaloro me dijeron que como mi leucemia fue de riesgo medio, me era recomendable un trasplante de médula ósea. Fue mi hermana, Laura, quien con todo su amor, me dio su médula", terminó Pecoraro, que regresó al estudio de Crónica después de 18 meses de conducir desde su casa.