Una eternidad en el aire, un sello que marcó el camino de un formato, de un estilo de moldear una manera de informar sobre la farándula. El legado de Intrusos se torna indiscutible, aún en etapas más controversiales, en que primaban los escándalos rayanos a la construcción forzada de circunstancias.
Ese programa que pergeñó Jorge Rial continúa vigente, aunque con otro tamiz a partir de la designación de Flor de la V como conductora, así como por una disposición más horizontal con la participación activa de panelistas, entre los que solamente sobrevive Marcela Tauro.
Justamente la histórica integrante de Intrusos trajo a colación una circunstancia picante que se elecubró en otros periodos, bajo el liderazgo indiscutible de Rial y sorprendió con el tenor de la revelación, con esa aceptación de un accionar discutible.
Todo surgió en el contexto de la discusión sobre el origen del romance de Rodrigo de Paul y Tini Stoessel, y la posible superposición con la pareja sólida que configuraba el futbolista con Camila Homs, la madre de sus dos hijos. Ahí, Tauro y Nancy Duré se trenzaron en un debate.
En ese escenario, Marcela recordó una circunstancia que aconteció en Intrusos: “¡Tenemos muy mala memoria! En este estudio una señorita, no hace tantos años, se sentó acá a decir, no era esta escenografía, mientras el señor Matías Alé vivía su peor momento internado, que estaba embarazada de él”.
Hasta que Tauro arribó al meollo de la cuestión, que se entrelaza con la decisión de sostener una teoría en pos de alimentar el rating: “Todos sabíamos que era mentira. Hay gente capaz de cualquier cosa por un poco de cámara, no es una cuestión de género, no es varones contra mujeres, hay gente que dice cualquier barbaridad”.