Impulsada por un sentimiento sincero y loable, así como por perseguir su anhelo de convertirse en madre, Andrea Pietra experimentó la hermosa posibilidad de adoptar hace doce años. La actriz se sumergió en ese camino maravilloso y así aterrizó en su vida Stephanie.
La artista viajó a Haití y realizó todos los trámites pertinentes para cobijar a la pequeña y en la actualidad disfruta enormemente del crecimiento de la niña, que no detiene su evolución para convertirse no solo en el sol que ilumina la familia, sino también en un faro de aprendizaje.
Andrea se introdujo de lleno en exteriorizar cómo vivencia esta maravillosa posibilidad de la maternidad y describió: "Me divierte mucho ser mamá, me parece como un planazo ver la evolución de otro ser humano".
En diálogo con Infobae, Pietra abrió las puertas a un dato decisivo, a un comportamiento de Stephanie que la maravilla: "Ella viene a nuestra casa y baja línea en la mesa de una forma tan amorosa y tan hermosa, tienen otra apertura mental".
En cuanto a los rasgos de la personalidad de su hija y en comparación con otras generaciones, Andrea reflexionó: "Ella es mucho más libre, más lúcida. Está creciendo desde un lugar que no tiene tanta contaminación como tuvimos nosotras".
Y también se animó a verter su visión sobre las particularidades de ser madre adoptiva: "El amor no tiene que ver con la sangre, tiene que ver con la persona y tiene que ver con las entregas y con la crianza sobre todo y con el día a día. Ese es el amor".
