María Luján. Así se llama la mujer que el mundo farandulero conoce como Lulú Sanguinetti. Lo que sucede entre la flamante esposa de Martín Redrado y su ex empleada doméstica, en cambio, no tiene nombre. Al cabo de una infernal pelea que se suscitó entre ellas que incluyó una serie de escandalosos chats que trascendieron en las últimas horas, terminaron en Tribunales.
Lulú se encuentra todavía en Europa. La semana pasada, en una fastuosa ceremonia que se desarrolló a orillas del Lago di Como en uno de los alojamientos más caros del viejo continente, la empresaria dio el si y se convirtió en la mujer del polémico y controversial ex presidente del Banco Central. Después de mucho tiempo "en las sombras", la relación llegaba a buen puerto.
Pero los filosos y permanentes embates de Luciana Salazar -la eterna e insistente ex de Redrado- no fueron los únicos "escollos" que debió afrontar la mujer de negocios en medio de la majestuosa celebración donde abandonó la soltería para recibir el anillo del hombre al que literalmente "le bancó todas". Incluso el sinfín de escándalos públicos que protagonizó junto a su explosiva ex novia, que ahora la reclama a viva voz la falta de pago de la cuota alimentaria de su hija Matilda. Los problemas con la mujer que trabajó en su casa fueron otros "dolores de cabeza" en medio de la festichola de tres días.
En los chats que dieron a conocer en el programa Socios del espectáculo quedan en evidencia muchas cosas, pero sobre todo dos: la tensa relación que mantenían Sanguinetti con quien era su empleada, y todos los reproches que la empresaria le hacía por supuestas y reiteradas inasistencias a su trabajo.
En los chats, Sanguinetti acusa a su empleada de faltar una y otra vez sin justificativos con mucho sustento, y le echa en cara alguna situación religiosa. "Mucha iglesia pero después me haces estas cosas...no te va a servir de mucho el perdón de Dios" le recalca una y otra vez con fervoroso ahínco.
"Yo me estoy por casar y vos me hacés esto. Ah no... esto si que es imperdonable" insiste Sanguinetti en esas comunicaciones por WhatsApp. Además, trata a la mujer de "mala" y le avisa que no podrá volver a ingresar al domicilio para desarrollar sus tareas. Después de todo ese ajetreo a través del celular llegaron las cartas documentos, y todo indica que se avecina el juicio.