Son momentos decisivos en La Voz Argentina y no todo es cambio de look para los jurados. A Soledad Pastorutti, como al resto de los coaches, les toca tomar decisiones importantes: elegir a los participantes que avanzarán a la próxima etapa del concurso de talentos de Telefe.
Y en eso estaba La Sole cuando se animó a recordar las inseguridades que la embargaron, más de una vez, a lo largo de su carrera repleta de éxitos, un camino que empezó en su adolescencia, cuando se hizo famosa como “El Tifón de Arequito” a puro revoleo de poncho.
Luego de felicitar a todos los participantes que llegaron a la etapa de los Playoffs, Soledad, que recientemente contó que su hija Antonia nunca la vio en La Voz, se puso muy seria y explicó por qué le costaba tanto tener que determinar quién quedaba en carrera y quien no.
“Para mí no es fácil esta decisión porque sé que cada uno trae muchos sueños, muchas expectativas, y además en muchos de los casos son muy jóvenes, entonces por ahí les cuesta ver todo lo que todavía falta por recorrer y hacer”, arrancó la artista.
“Yo no me considero una persona muy mayor, pero ya llevo muchos años en esto y me caí mil veces”, siguió, muy sincera, al recordar diferentes obstáculos con los que se fue encontrando en el camino.
Y antes de decir a quién elegía, Pastorutti cerró, emocionada: “Mil veces sentí que no servía para esto, pero mi necesidad de cantar y hacer lo que hago fue más fuerte siempre, y eso es lo que les deseo a cada uno de ustedes”. “¡Sos todo, Sole”, le dijo Lali Espósito.