Las versiones de crisis y hasta de distanciamiento entre Mariana Brey y su pareja, Pablo Melillo, vienen desde el año pasado. Y ahora, luego de que los rumores se vuelvan a instalar y que llamen la atención algunas definiciones de la periodista, se conoció el gesto que define el vínculo virtual entre los papás de una nena. Mariana no sigue en redes a Pablo.
Fue Juariu, la influencer que recorre el mundo de las noticias virtuale,s quien descubrió que la integrante de Socios del espectáculo, en las mañanas de El 13 y de Argenzuela, en las tardes de C5N, no ve ni likea las publicaciones de su supuesto compañero de vida porque no lo sigue en su cuenta de Instagram.
Días después de un peculiar intercambio entre Brey y Jorge Rial, el conductor del segundo programa donde trabaja la periodista, y de que se instalen las especulaciones de un supuesto romance entre ellos, este nuevo indicador cibernético parece hablar por si mismo. Y agudizar las hipótesis de que la relación entre Mariana y su marido está terminada.
"Somos familia nosotros, después pueden decir lo que quieran. Tenemos nuestra modalidad de familia, es la que elegimos. Nos queremos así. No siento que tenga que dar explicaciones por eso es una pregunta que es verdad que es recurrente. A mí también me la hacen pero no es algo que se pueda contestar", fue la particular respuesta que dio Mariana, semanas atrás, al ser consulta por su presente amoroso.
Estas palabras, los movimientos virtuales y la sospecha de una vinculación con Rial se suma a la información que, durante el 2021, se deslizó sobre la vida de Brey puertas adentro de su casa. Por entonces, la panelista trabajaba en Los ángeles de la mañana y un día llegó a el canal de la zona de Constitución, a puro llanto.
Al conocerse el motivo de su profundo malestar se supo que tenía que ver con la realidad familiar que le tocaba vivir. Que desde que llegó al mundo su segunda hija, Juana, la relación con Melillo cambió porque, claro, se modificaron las prioridades del día a día. Y que eso afectó tanto que hizo erosión en la pareja que, ya en ese entonces, estaba al punto de la ruptura.
