La vorágine de la cotidianidad puede arrasar con el romanticismo, al menos complica los encuentros a solas para las parejas que transitan por la crianza de hijos. Por eso, Sabrina Garciarena y Germán Paoloski hallaron un modo para congeniar agendas laborales y dejar un espacio para conectarse.
“En la pareja el amor es lo más importante y después viene la construcción del día a día. A veces uno va para un lado y el otro, para el otro. Pero está el amor y querer que el otro sea feliz”, reconoció la actriz en diálogo con Revista Gente.
En cuanto a la dificultad de articular su trabajo en el teatro, y grabación de dos series, Sabrina confesó un episodio reciente: “Por ejemplo, hace un segundo me sonó el teléfono y estaban mis hijos peleándose. Era un escándalo que escucharon… no sé cómo escucharon eso. Es así. Yo me escapo, vuelvo, hago malabares”.
Hasta que Garciarena detalló el acuerdo que lograron con Germán para construir un lapso de pareja, de conectividad, de charla de calidad. “Siempre encontramos un momento (para intimidad o salida romántica). Los dejamos en el jardín y tomamos un café. Él también trabaja mucho y los fines de semana, que es el momento de familia, yo estoy en el teatro”, exteriorizó.
La protagonista de varios éxitos en la pantalla chica confesó la felicidad que la inunda en su corazón por un presente con mucha actividad, con estímulos diversos en lo profesional que se congenian con su maternidad: “Ahora que tengo hijos un poco esta bueno esto de tener una rutina”.
A pesar de los compromisos, de la logística, de la energía focalizada en el acompañamiento en los pequeños, Sabrina y Germán respetan un ritual sagrado para verse a solas y alimentar ese sentimiento que los imantó hace muchos años.
