Arrancó con 19 puntos y terminó con 10-11. Discutieron Wanda Nara y Karina La Princesita. Las redes sociales los castigaron con memes, cargadas y burlas. Los periodistas hicieron fila para criticarlo: Angel de Brito, Yanina Latorre, Pampito, Marina Calabró, Laura Ubfal y el Colorado Liberman dieron su veredicto condenatorio. Para terminar una primera semana más problemática que otra cosa, La Máscara recibió un nuevo "palazo" cuando Karina Iaviccoli explotó contra Wanda Nara y la mandó de vuelta al colegio.
Los famosos hacen piruetas y morisquetas de todo tipo (entre ellas, cantar, bailar y alguna que otra cosas) para que 4 "investigadores" (que en realidad investigan poco, sólo arriesgan nombres) puedan identificarlos sin verlos, porque están adentro de disfraces extraordinariamente diseñados. A través de esas "pistas", deben descubrir qué figuras se esconden por debajo de esas ropas. Eso, a grandes rasgos, es "La Máscara".
Los "investigadores" son Wanda Nara, Karina La Princesita (que ya se dijo que no se llevaron muy bien en un momento), Lizy Tagliani y Roberto Moldavisky. La conductora, se sabe, es Natalia Oreiro. Ella no "juega" (nadie juega, pero los integrantes del "jurado" por lo menos tienen una misión) pero hace preguntas y aporta sugerencias. Ah, también la ligó ella: Luli Fernández la acusó de "plagiar" el vestido que usó la noche de apertura.
Una de las emisiones terminó con una sorpresa cuando la que apareció entre prendas multicolores y muy llamativas fue Marta Minujín, un ícóno de la cultura argentina de los siglos 20 y 21 y una personalidad destacada y reconocida en todo el mundo.
Pero Wanda, que minutos antes había dicho que pare ella el que estaba adentro del disfraz era Rodolfo Barilli (?), no pareció tener mucha idea de quién era Minujín y le dijo, suelta de cuerpo, "ahhh pero vos te tenés que dedicar a esto, porque esto es lo tuyo eh". Ahí le explicaron de quién se trataba, pero siguió como si nada.
En Socios pasaron la secuencia, y nadie podía "acreditar" lo que estaba viendo. Pallares se río, se agarró la cabeza y arriesgó que "le dijo que se dedicara a cantar cuando cada escultura suya vale como mínimo 100.000 dóalres", Lussich sonrió ante el tropiezo, pero la que no aguantó fue Iaviccoli, que directamente gritó "Pero noooo, Wanda, noooo.... No podés decir eso. Nooooo, me da vergüenza. Vergüenza ajena das. Wanda, hacete un favor y volvé a la escuela". Y no, evidentemente no todo es contar millones y millones de dólares...