En su visita a Intrusos, donde se defendió de la acusación de "violencia" y "acoso" que recibió por parte de la actriz Paula Di Chello, Gerardo Romano no sólo recreó con Flor de la Ve la escena que le valió la denuncia. Además -entre muchas otras cosas- describió el calvario que atravesó Pablo Rago cuando fue acusado de violación, de la que salió absuelta.
La resolución de la causa judicial -favorable para él- llego mucho después de la "denuncia pública" efectuada por una joven llamada Erika Basile que condicionó y acotó la vida social, profesional y privada del actor. Con el "visto bueno" de la justicia, Rago fue volviendo de a poco a trabajar y a aparecer en algunos programas, pero no con la misma frecuencia con la que salía antes.
"Actuar se volvió peligroso" consideró Romano frente a Florencia de la Ve, la encargada de reportearlo para Intrusos, el programa que conduce de lunes a viernes en América. Romano estaba efervescente, como casi siempre. Le brotaban las palabras desde lo más profundo de su interior.
Abogado y actor de enorme y rica trayectoria, Romano recordó, primero, que "un día estaba en mi casa y me suena el timbre. Bajo y una señora de unos 50 años me dice "Hola, creo que sos mi papá". Tuve que contratar abogados, gasté 2.000 dólares, perdí un montón de tiempo y la mirada de la gente que siempre es acusatoria. ¿De quién es hija la señora? No lo se, pero yo no soy el padre, porque el resultado del ADN dio negativo en un 100 por ciento. ¿Alguien me devolvió la guita? Nadie".
Además de recordar, con una sonrisa, que "mis hijos me preguntaban "papá, vamos a tener que compartir la herencia con una persona más", porque era eso lo único que les interesaba a ellos..", Romano destacó que "eso salió con un resultado positivo para mi, pero esto que dicen ahora no se qué habrá buscado esta chica porque yo nunca fui violento ni agresivo con nadie. Al contrario".
"En mi caso -aseguró para meterse de lleno en la traumática experiencia que vivió su colega- la pasé mucho más leve que Pablo Rago, que engordó 25 kilos, perdió a la pareja, se quedó sin laburo y lo rajaron de la casa". Cuando le recordaron que hubo muchos colegas que en ese mismo momento salieron a bancarlo, Romano aseguró que "sí, se veía que era todo una falacia".
