Ana Rosenfeld contó por qué no volvería a trabajar como panelista en televisión. La mediática abogada que atiende a muchas famosas aseguró que está pagando el "costo" de ser conocida. Y diferenció su participación en LAM, programa del que terminó renunciado después de varios enfrentamientos con Yanina Latorre, de la de otros periodistas y opinólogos.
"¿Pensás que tu vida cambió desde que te sentaste en LAM?", le consultó Flor De la Ve, conductora de Intrusos en el espectáculo, en las tardes de América. Y Ana comenzó a sincerarse en sus respuestas... "Estoy de acuerdo", fue lo primero que reconoció la abogada.
"La exposición tiene sus privilegios y sus perjuicios, por supuesto que he pagado, sigo pagando y seguiré pagando el costo de ser Ana Rosenfeld. Es un precio muy alto que pago", definió sobre la realidad que transitó en el primer semestre del año.
"No estoy dispuesta a pagar mentiras", aseguró Ana, en base a las acusaciones de ex clientes que aseguraron que ella se aprovechaba de las mujeres con distintas necesidades y les hacía firmar convenios. Y luego se refirió a su relación con Angel De Brito, el conductor de LAM que fue quien la convocó en su momento, para ocupar una de las "sillas" del programa.
"Yo siento que Ángel me dio una excelente oportunidad en un momento muy especial de mi vida. No aparecer en los medios, porque yo ya siempre estuve en los medios", reconoció Ana. "Yo no tengo data, no tengo información y, lamentablemente, de todas mis clientas famosas no puedo darle información que tengo", diferenció Rosenfeld, sobre lo que esa no puede aportar en un programa.
"Voy a ir a LAM a hablar pero me pareció que lo más importante era que en el mismo lugar donde le dieron pantalla a estas mujeres y donde creyeron, dije: 'No, voy a Intrusos'", aclaró Ana, sobre el motivo que la llevó a que su reaparición pública sea en Intrusos y no en LAM.