Yanina Latorre criticó la participación de Guillermina Valdés en "La máscara" como si fuera familiar de Marcelo Tinelli. O peor todavía: consideró que "ese gesto" podía considerarse una especie de jugada fea, de puñalada o traición. Mientras Cande, Mica, el Tiki o el propio conductor se quedaron en el molde, la panelista de LAM medio que se inmoló por una causa que, a simple vista, parecía resultarle ajena.
Alertada de la situación, la ex de Tinelli hizo su descargo en Twitter, una vía muy utilizada por los famosos para "decir lo suyo" sin la necesidad de que los vaya a buscar una cámara o les pongan un micrófono adelante. La respuesta también fue contundente, y si bien no mencionó a Yanina ni hizo nombres propios, mereció inmediata respuesta por la panelista más aguerrida de la televisión argentina.
"Jamás me podría hacer cargo de las barbaridades que se dijeron", arrancó "livianita" Guillermina cuando una usuaria de la red social le contó que en LAM se habían referido a ella de manera "poco gentil", por decirlo de alguna manera menos pesada. "¡En LAM te mataron!" le gritaron, en realidad, a la empresaria.
Para que su respuesta no quedara en una simple y recortada frase, Guillermina siguió tecleando con sus dedos y puso "todo, absolutamente todo lo que hago en mi vida, lo hago desde el mayor Amor. Y si estoy o no en un lugar siempre será movida desde mi corazón".
Por supuesto que Yanina Latorre no se quedó en el molde y, fiel a su estilo combativo y contestario, apeló al "golpe por golpe" y respondió por la misma vía digital. "Ya que contestas en Twitter! Fui de las que más hablé! Y no dije ninguna barbaridad! Tenés que bancar la opinión del otro. Opiné que yo no lo haría….¿Puedo? ¿O es una barbaridad opinar?".
La primicia de que Guillermina participaría en el ciclo que compite por los porotos del rating contra el de Marcelo -Canta Conmigo Ahora- fue dada por otro ciclo chimentero, Socios del espectáculo, que lo presentó como el inicio de una guerra y de un quiebre definitivo en la relación, que parecía navegar aguas calmas después de la separación que sacudió al ambiente.