El mundo del fútbol esta absolutamente conmovido: Marcelo Gallardo anunció que dejará de ser el director técnico de River después de 8 años ocupando ese cargo, período en el que el club atravesó el ciclo más exitoso de su historia. Además de las razones deportivas y profesionales del entrenador, se estima que un porcentaje de la decisión se debió a los vaivenes de su relación con Alina Moine.
Además de ganar distintos torneos locales, copas sudamericanas, recopas y dos copas libertadores -una de ellas, la de "Madrid el nueve del doce del deiciocho", el título más festejado de todos los que logró el club en sus cientoipico años de vida- en estos ocho años Gallardo se separó de su mujer de siempre y madre de sus hijos, Geraldine La Rossa, y estableció un vínculo muy cercano y muy especial con la periodista rosarina.
Casualmente, la intensificación de los rumores que señalaban que el "Muñeco" iba y venía con su esposa mientras Alina le reclamaba todo el tiempo que tomara una determinación y se animara a blanquear el romance coincidieron con la etapa menos fructífera del ciclo de Gallardo: los últimos dos años.
En ese período, sin embargo, la entidad de Núñez logró el único campeonato que se le reclamaba al entrenador. Una liga local, que obtuvo con holgura y comodidad en 2021. Tampoco pudo obtener un Mundial de clubes, pero con las dificultades que representa hoy "empardar" a las megapotencias del fútbol europeo nadie se lo reprocha.
Pero 2022 fue el peor año de Gallardo. Y a todo nivel. En la Copa de la liga quedó prematuramente afuera y vio por televisión la consagración de Boca. En la Copa Libertadores no pasó de octavos de final, instancia donde lo eliminó un Velez muy juvenil.
En la Copa Argentina fue despedido por un Patronato que puede descender a la segunda categoría el próximo fin de semana, y en la actual Liga quedó lejos de Boca -que le ganó 1 a 0 en La Bombonera- y aunque ahora repuntó puede asistir, en breve, a una nueva consagración de su archirival.
Al mismo tiempo que sucedía eso, el Muñeco habló por primera vez de su vida privada ya que los rumores que lo vinculaban a Alina y lo daban separado de su esposa eran cada vez más fuertes y repetidos. Incluso, una serie de fotos revelaban que la periodista y el dt habían coincidido en el mismo lugar, que no era otro que la casa de ella.
Para colmo, Geraldine La Rossa posteó una imagen de los dos juntos en un evento familiar -el cumpleaños de uno de sus hijos- y dio a entender que había chances de reconciliación. Frente a la avalancha de comentarios, Gallardo aclaró que no había posibilidades de volver con su ex mujer, pero no dijo nada de Alina. Todo eso, se dice en los pasillos del Monumental, influyó para que "Napoléon" se cansara y pegara el portazo. Porque este año, sí, se fue de su casa. De las dos, en realidad.