Cuando germinó el rumor parecía imposible, poco probable. No obstante, el tiempo confirmó que Guillermina Valdés participó en Quién es la máscara, el programa enemigo de Marcelo Tinelli, lo que se tomó como una especie de venganza. Tras semanas de caer en las críticas, la blonda salió a gritar su verdad.
La modelo afrontó este debate, este tema que creció como una bola de nieve, y explicó sus motivaciones para aceptar el trabajo en el ciclo de Telefe, más allá que competía directamente con su ex pareja, y padre de su hijo Lolo. “Pensar que yo voy a entrar a un proyecto para molestar a alguien es un montón”, exteriorizó.
En ese diálogo con Por si las moscas, Guillermina profundizó en su defensa: “Me parece una locura que yo encararía un proyecto para hacerle mal a alguien. No es mi espíritu. Decir que yo destruyo a un ex por hacer un trabajo artístico. Es muy fuerte, es una locura, es un golpe muy bajo e innecesario".
En cuanto a las secuelas que le trajo aparejada toda esta polémica, Valdés confesó: "La realidad es que no dejo que me dañe, pero me duele cuando mi mamá o mis hijos ven eso que se dice y les duele y lo sienten injusto. Estar juzgándonos por qué o por qué no se hizo algo, es una locura".
Incluso, Valdés aportó detalles desconocidos de las propuestas que siempre le extendieron de Telefe y que lo pensó mucho para aceptar a raíz del qué dirán. "Es injusto por el canal porque me vienen llamando desde la primera temporada de Masterchef, y me corrí siempre”, aseguró.
Por otro lado, la blonda le dedicó palabras cálidas a Tinelli para justificar que no estuvo en su radar la intención de perjudicarlo: “Hoy hace 6 meses estoy separada, con el mayor amor que tengo por él. No le hice mal a nadie, ni le falté respeto a nadie. Y ni siquiera tiene lógica porque nadie podía especular con eso, porque yo tenía una máscara puesta".
