Tomás Holder salió eyectado de Gran Hermano, con la fuerza y la velocidad de un proyectil. Apenas duró un puñado de días en el reality, a pesar de sus ambiciones y toda la petulancia que exhibió, como aquella declaración previa de que entraba para demostrar “como se juega realmente”.
El rosarino recibió un aluvión de votos del público, que lo eligió con amplísima mayoría para convertirse en el primer eliminado de la competencia. Claro que antes de abandonar la propiedad se encargó de llevar a cabo una maniobra polémica y que le significó un encono generalizado del resto de los concursantes.
Ya en la vida real, Tomás visitó el piso del programa y charló largo y tendido con Santiago del Moro y todos los “analistas” del certamen. En ese interín, la producción mostró el descubrimiento de algunos hermanitos sobre el botín que primero hurtó y luego escondió el rosarino.
Así se percibió el enojo de Lucila, que recogió unas seis latas de atún que se encanutó el musculoso y mirando a cámara le envió un filoso mensaje: “Por eso te bardean y por eso saliste, pa”. Todos los artículos fueron diseminados en diferentes escondites por Holder y su grupo “Los Monitos”.
Ante las imágenes, Gastón Trezeguet no dudó en confrontar al joven de Rosario: “¿Esto también era parte de tu juego? ¿Vos pensabas que esconder la comida te beneficiaba?”. Ante lo cual, Tomás se justificó con una extraña argumentación: “Pensé que iba a hacer reír al público porque lo vi en ediciones anteriores”.
La historia no se quedó ahí, porque con el transcurso de los minutos Alfa, Julieta y Marcos hallaron más artículos comestibles y desperdigaron la información entre todos los habitantes de la casa. De ese modo se dirigieron en malón a los ex amigos de Holder para detectar al culpable, lo que abrió las puertas a un conflicto mayúsculo.
