En una fiesta de Paparazzi pueden faltar el presidente de la Nación, las divas de la tele, las modelos top de la pasarela, los artistas líderes de audiencia, los pibes de Gran Hermano, el cantante de Coldplay y la mar en coche, pero el que siempre tiene que estar es Luis Ventura, el padre de la criatura.
Y el hombre que se la puso al hombro cuando todo era campo árido y arena que volaba en medio del desierto y una década y media después la dejó robusta, fuerte, de pie y caminando estuvo en Ink para celebrar los 21 años del medio líder en primicias y bombas faranduleras, brindó "por 21 años más" y le dedicó unas palabras a Jorge Rial, socio suyo en la aventura de crear una publicación que con esfuerzo, sacrificio, "sangre, sudor y lágrimas" se volvería líder a todo nivel.
Ventura tiene "70.000" ocupaciones (A la tarde, el programa de Karina Mazzocco donde es panelista, la producción de contenidos para Secretos Verdaderos, el ciclo que conduce los fines de semana, el envío vespertino en Radio del Plata, la presidencia de APTRA, la dirección técnica de Victoriano Arenas, al que salvó del descenso a la Primera D) y no conforme con eso analiza "200" proyectos para el futuro inmediato.
Sn embargo, en medio de ese frenesí y a pesar de todo ese ajetreo plantó bandera en la noche de Palermo y se asoció a la celebración más caliente del año.
A Ventura le encanta el fútbol. Tranquilamente, entonces, se puede decir que jugó de local. Y con esa confianza de "conocer la cancha" donde se estaba moviendo, habló de todo y de todos.
"Lo que siento adentro de mi vida es que las camisetas que me he puesto, me las he puesto primero porque estoy convencido de los colores y las banderas que defiendo. Y para mi Paparazzi tiene un significado muy especial, porque no sólo fui su fundador sino que también durante mucho tiempo fui el papá, en el sentido de haber vivido un proceso donde se que me puse la camiseta como me la tenía que poner" arrancó, a toda marcha.
"Se que tenía un equipo que me mordía en todos los sectores de la cancha, un grupo de personas me abrigaron, que me acompañaron, que me defendieron y yo les devolví con la misma moneda. Recuerdo aquellos móviles con Fantino a las 12 de la noche, o aquellas comilonas en los días de cierra que se prolongaban hasta las 3 de la mañana, el estar buscando el dato que hiciera que la nota fuera diferente, hacer un periodismo artesanal como nos estamos olvidando los argentinos de tener ese tipo de periodismo", explicó.
"De hacerlo con el valor agregado, con la hora extra, sin mirar a lo mejor si te pagaban mucho o te pagaban poco. Haber sido los talibanes, los talibanes de un medio que muchas veces era despiadado y voraz para con nosotros. Y hoy cuando veo como se titula y se encaran las noticias, me doy cuenta que inventamos un estilo", agregó después, al borde de la emoción.
"Más allá de todo lo que haya pasado después, le quiero mandar un abrazo muy grande estén donde estén, primero a Rial, después a Costi Vigil, a Lujan Gutiérrez a Gabriela Coccifi, pero sobre todo a todos los muchachos, a mis compañeros, al equipo de laburo que formó parte de esa gesta periodística que marcó un estilo, una tiempo y una forma de ver el periodismo", añadió.
Había llegado el tiempo de hablar de Jorge Rial: "Yo con él estuve siempre de la misma manera. Mi postura nunca cambió con respecto a él. No voy a renegar de todo lo lindo que viví con él. No me pidan que lo haga porque no sé hacerlo. Mi corazón es mucho más grande que el cerebro, y se emociona. Entonces, si alguien se equivocó no creo haber sido yo. Yo creo que fui fiel a mi sentimiento y a mi manera de vivir".
"Por eso les agradezco a ellos, a toda la gente que nos abrió la puerta de una editorial que parecía inalcanzable, que era la selección de la gráfica. Haber pisado ese Azopardo y México no lo voy a olvidar jamás, no voy a olvidar cada cierre, a la gente que me acompañó, que me ayudó, que me acompañó, que empujó, que me hizo tomar decisiones, que me hizo poner los huevos arriba de la mesa. Por eso Paparazzi me lo voy a llevar como una medalla en el medio del pecho", siguió.
Otro de los temas de la semana fue la supuesta aparición de los restos de la madre de Luis Miguel. Quién otro que Ventura, el mayor especialista del mundo en ese tema, para dar un veredicto. "Sigo fiel a mi versión: Marcela Basteri está viva, está en la Argentina y esta internada. Insisto. Hablan de una fosa común. Decime cómo encontrás un hueso en una fosa común con 500 huesos, cráneos, fémures, tibias, caderas. ¿Qué, les ponen un nombre cuando tiran un cadáver a una fosa común? Es un bolazo para bancar una operativa publicitaria de alguien que quiere imponer una marca y el bolazo mayor siempre sirve".
Finalmente, Luisito habló de su propia vida. De un aspecto del que se sabe poco: su actualidad sentimental. "Aprendí algo. No voy a dar detalles. Estoy muy bien, y estoy en familia. No voy a dar mas detalles porque aprendí que no siempre hay que abrir todas las partes de uno. No quiero que me empiecen a montar guardias o que me empiecen a correr porque ya estoy viejo para eso. Pero bueno, si quieren la foto y a noticia, agarrenmé".