Gran Hermano fue revolucionada la semana pasada por el ingreso de los nuevos participantes. En un principio los competidores originales dijeron que no los recibirían con los brazos abiertos, pero ni bien llegaron Ariel y Camila, todo cambió por la buena onda que mostraron.
Justamente el comunicador social fue el que más se ganó el cariño de sus compañeros y el público en general, pero él mismo confesó que los primeros días no fueron los mejores, ya que además de sus fuertes ronquidos, hay algo de su personalidad que gustó.
"Estoy muy bien, cada día mejor que el otro. Perfecto. Me despierto contento y me acuesto contento. A mí no me costó nada, los chicos me trataron bien desde el principio. De mí, quizás lo que molestó fue mi forma de ser, medio invasivo. También los ronquidos....", afirmó.
En su presentación, Ariel comentó: “Hice de todo. En plena pandemia armé el quincho de ansaldo, una parrilla en donde las personas podían ir a comer. Ahora quiero entrar a la casa para poder hacer reír a la gente y dejar de correr detrás de la guita".
“Era muy lindo, pero ahora, me convertí en una cosa hermosa de 140 kilos. Me gusta mucho reírme de mi mismo. Cuando entre a la casa los voy a volver locos, me voy a divertir yo, y los voy a manipular. Es algo más fuerte que yo”, concluyó desafiando a todos y conociendo cada uno de los participantes que están adentro.
Ni bien entró a la casa más famosa de la Argentina, los usuarios de las distintas redes sociales se quejaron por la supuesta mano negra que hubo por el ingreso de Ariel, ya que es íntimo amigo de una de las eliminada del reality, Lucila la Tora.
