En la gala del lunes 26 de diciembre, La Tora entró a Gran Hermano literalmente por la ventana por la posibilidad que se le dio gracias a la inesperada expulsión de Juliana, que se fue del reality de un momento a otro, sancionada y sin sus pertenencias por romper las reglas y filtrar información.
Al igual que Daniela y Agustín, que reingresaron gracias al repechaje, Lucila Villar su sumó al juego y hasta se dio el gusto de provocar a Coti al aparecer con un rosario colgado de su cuello, un guiño total para desestabilizar a la correntina que deseaba “que se vacha”.
La Tora pasó más de un mes en el afuera, el tiempo suficiente para mezclar sus cartas y dar de nuevo. Por eso, en cuanto entró al confesionario y después de agradecer el aguante que tuvo de su gente, la rubia fue consultada por Gran Hermano por su nuevo juego.
“¿Tenés alguna estrategia pensada?”, quiso saber el Big Brother, y ella, muy seria, respondió: “Obviamente, voy a jugar con las personas que no jugaron muy bien conmigo”. Sin embargo, Lucila se diferenció de varias de sus compañeras y dijo que en el día a día va a mostrar su mejor cara.
“Pero sin dejar de lado, tipo no saludar, en la convivencia. Compañía, convivencia, buena onda. Pero, como me hicieron a mí… Por atrás… ¡a placa!”, reveló la joven que se abrazó con todos cuando volvió, incluso con Alfa, con quien tuvo tremendas peleas en su primera etapa en GH.