Las horas transcurren y se acercan a ese instante decisivo, medular y temido. La última gala de eliminación de Gran Hermano se encuentra a la vuelta de la esquina y dirimirá el último pasajero entre Nacho, Romina y Julieta, que abandonará la casa antes de la gran final del reality.
En estos momentos de tensión, los tres participantes que conforman la placa trataron de amenizar la horrible espera, esa sensación de ansiedad, de pavor, de inquietud con un poco de relajación en el parque, ese espacio que les posibilita el contacto con el aire libre.
En ese rincón verde, Nacho se movilizó a jugar un poco al ritmo de la música que emanaban los parlantes, con una canción de Luis Miguel, Ahora te puedes marchar. El blondo agarró una manguera y se predispuso a regar el césped con un baile incluido, una especie de coreografía.
Claro que en ese rapto de diversión, Castañares amagó varias veces con empapar a Romina y Julieta, quienes se sentaron sobre una manta a charlar y tomar mate. Esa actitud del blondo despertó el fastidio intenso de la morocha oriunda de Moreno.
POR QUÉ ROMINA LE GRITÓ "MOGÓLICO" A NACHO
Ofuscada, sin ánimos de mojarse y sobre todo furiosa con la maniobra de Castañares, que no respetaba su espacio, su tranquilidad, Uhrig se cansó y con un tono tajante le gritó: "¡Dale, Nacho!...”. Y luego agregó la frase más controversial: “Es un mogolico, encima baila horrible".
En otro episodio, en el marco de una comida temática que preparó la producción y que se entrelazó con sabores árabes, Romina jugó con Nacho, se corrieron y se prodigaron cosquillas. El rubio reaccionó naturalmente con unos gritos y la ex diputada le exclamó: "Ay, es un trolo... Grita como una...".