Ser parte de Gran Hermano promete fama súbita, dinero, canjes comerciales, aumento de seguidores de un día para el otro y visibilidad. Pero, para la Tora, esta ecuación que parecía perfecta no estaría resultando. Así lo hizo saber Lucila Villar, al contar que su pasar económico no es nada bueno.
Todo empezó cuando en Twitter la señalaron, junto a Camila Lattanzio, de comprar seguidores de Instagram. “¿Cuál es la necesidad de querer llegar a determinado número si es gente que no existe?”, se preguntó una persona en la red del pajarito en un mensaje que la rubia contestó con su verdad.
“Chicos, gracias que tengo para pagar mi tarjeta de crédito, mirá si voy a comprar seguidores. ¿Canje de seguidores?”, contestó la ex hermanita, entre emojis de carcajadas ironía al responder a quienes desconfían que ese millón de personas que la siguen sea genuino.
Al exponer su realidad material en este mensaje, la Tora dejó en claro que la varita mágica de Gran Hermano no toca a todos por igual. Mientras Thiago logró concretar su sueño de poner una verdulería propia y Coti factura sin parar con sus cotizados servicios de influencer, lo suyo es más modesto.
EL PRESENTE ECONÓMICO DEL RESTO DE LOS EX GRAN HERMANO
¿Cómo es el panorama del resto de los ex jugadores? Por lo pronto, Nacho ya tiene una hermosa casa prefabricada a su nombre, Marcos ganó casi 20 millones de pesos, Julieta como tercer finalista pronto se irá de viaje a Tailandia con su novio y Romina, se sabe, goza de un presente muy solvente en su casa de Moreno.
Quien no tuvo suerte, y se quejó al respecto en varias oportunidades, fue Juan Reverdito, quien junto a Martina se lamentó de las pocas puertas laborales que se le habían abierto luego de participar en el famoso reality cuyos sueldos siempre quedaron envueltos en un halo de misterio y polémica.