La muerte de Guillermo Calabrese, el más querido y carismático de los chefs de Cocineros Argentinos, sacude hoy no sólo al mundo de la cocina o al de la televisión: golpea también a los miles de seguidores que tenía tanto en los medios de comunicación como en sus distintos emprendimientos gastronómicos y en sus redes sociales, quienes rápidamente quisieron averiguar las causas de su deceso. El maestro de las "preparaciones exageradas" fue sorprendido por un paro cardíaco cuando estaba en la casa de su hija.
Calabrese vivía al norte del conurbano bonaerense, en una paqueta zona de casaquintas y barrios privados de Pilar. Pero como debía afrontar una grabación para el programa que conducía en Canal 9, Qué mañana, decidió quedarse en la casa de su hija, en el barrio porteño de Palermo. Era más cómodo para moverse y no lo obligaba a viajar tanto.
En medio de la noche, Calabrese no se sintió bien, y su hija llamó de inmediato al SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencia), que acudió al lugar lo más rápido que pudo: eran alrededor de las 1 y 15 de la madrugada del viernes 21 de abril.
Los médicos hicieron lo que pudieron y hasta lo subieron a una ambulancia y lo trasladaron al Hospital Fernández, donde comprobaron que Calabrese había sufrido un "paro cardíaco no traumático" que no pudo superar a pesar de todos los intentos que se hicieron por recuperarlo.
"Fue una muerte natural, súbita. Era diabético y obeso. Hace poco se había hecho unos estudios que no le habían dado del todo bien según me contó su hija. Se hizo todo lo posible, tanto en la ambulancia como acá en el hospital, pero no se pudo sacar adelante porque estaba en paro. Se constató su fallecimiento a las 2:30 de la madrugada" informó el director del centro asistencial porteño. Calabrese tenía 61 años.
MURIO GUILLERMO CALABRESE A LOS 61 AÑOS
Calabrese tenía 61 años y era un "fanático seguidor" del Gato Dumas, para muchos su mayor heredero y quien mejor entendió su legado. Era "excesivamente" generoso tanto en las recetas, en las cantidades de los ingredientes de una preparación como en la amabilidad con sus alumnos y con sus herederos.
Cocineros Argentinos fue, acaso, el mojón más importante de su carrera televisiva. Eran horas y horas de mezclar condimentos e ingredientes en ollas, sartenes, hornos o parrillas y hacer que todos disfrutaran de sus comidas. Todos. Los que estaban allí para probarlas, y hasta los televidentes, que aprendían con sus consejos y parecían saborear esos platos aún en la lejanía que da la pantalla. Quizás por eso lamentan tanto lo que pasó hoy.