La vida es una moneda en el aire. A la mayoría le cae "seca" y a unos pocos le sale "cara". En el caso de Silvia D´Auro dio 200 vueltas y cayó en uno de los sitios más famosos, turísticos y visitados del mundo: la "Fontana Di Trevi", esa fuente ubicada en el centro de Roma en la que miles y miles de personas llegadas de todo el mundo se ponen de espaldas, cierran los ojos y revolean una chirola al agua para pedir un poco de suerte.
Es probable que el deseo de D´Auro, o uno de los tres que se "piden" en este tipo de casos, haya sido tener un poco de paz. La imagen que dio a conocer Angel de Brito en su cuenta de Twitter es la primera después del terrible sacudón que sufrió su vida con todas las cosas que dijo de ella More Rial. Cosas horrorosas que un poco fueron confirmadas por el silencio de Jorge.
Para ser justos, es la primera imagen que se ve de ella en mucho tiempo más. No se tenía registro de su existencia desde que apareció una imagen bastante borrosa que siempre se dijo que había sido tomada en San Martín de los Andes, allí donde se dijo que se radicó una vez que pudo destrabar el conflictivo divorcio que llevó adelante con el periodista más polémico del país.
Si bien no trascendieron los números, siempre se dijo que el acuerdo benefició "ampliamente" a Silvia al punto de que le permitiría vivir "a todo trapo" durante muchísimos años. Incluso, un viaje al centro del mundo como Europa, al que mucha gente apenas puede seguir por internet o recorrer gracias a "Google Maps", no le genera a ella un problema para sus florecientes finanzas.
LA PRIMERA FOTO DE SILVIA D´AURO TRAS EL ESCANDALO CON MORE RIAL
A D´Auro siempre se la presentó como una empresaria florenciente y exitosa. En realidad, se cuenta que lo que hizo fue manejar una agencia de publicidad que acercaba avisos, chivos y "PNT" para cualquiera de los espacios que manejaba su marido, Jorge Rial.
Esa circunstancia le dio algunos dolores de cabeza, pero también una herramienta decisiva a la hora de negociar el dinero que le correspondía en el divorcio: conocía al detalle cada peso que ingresaba a las cuentas del ex conductor de Intrusos. "Cuando la plata entra por la puerta, el amor se escapa corriendo por la ventana", dijo Rial alguna vez para explicar por qué se habían separado. Puede ser: se iba por cualquier lado pero siempre terminaba en el bolso de D´Auro. Y ahora, después de dar vueltas y vueltas por el aire, fue a parar a la Fontana Di Trevi, nada menos.