Sonríe, vibra alto y se iluminan sus pupilas ante cada ocasión en la que se refiere a su hijo, ese pequeño que le aporta un color único a su vida. Natalia Oreiro emana un sentimiento muy fuerte al hablar de Merlín Atahualpa, ese sol que llegó como fruto del amor con Ricardo Mollo.
La mega artista se encuentra en un momento álgido en lo profesional, con el inminente estreno de una película, intitulada Casi Muerta, que se exhibirá durante las próximas semanas. Además, en un par de meses se colgará en Amazon Primer Video la segunda entrega de la serie Iosi, el espía.
Como si fuese poco, Natalia ajusta detalles para todo lo que se viene con el trabajo en el futuro. Y a pesar del trajinar intenso, de los preparativos, de las ruedas de promoción, la uruguaya detuvo su ritmo un ratito y charló de todo (su revelación sobre sus hobbies fue tremenda).
En una entrevista con el diario El Observador, del país vecino, Oreiro abordó una gama de temáticas más personales, vinculadas a su cotidianidad y ahí se explayó respecto a la enseñanza de su hijo, que dista del formato tradicional con sus singularidades.
Ante la consulta de cómo transita la extrema visibilidad, la fama, Natalia abrió una puerta muy interesante al opinar: "Mi presencia en los medios es como la vida de otro. Soy consciente de eso que marcás, pero no lo consumo".
Eso la estimuló a referirse a su simpleza, a los actos más comunes del día a día y así transmitió datos del colegio al que acude Merlín. "Voy a buscar a mi hijo a la escuela, voy a todas las reuniones, porque es una escuela muy particular, es como una cooperativa de padres que nos la pasamos trabajando con las manos y haciendo cosas para mejorar la escuela y demás".
Una confesión maravillosa, que no se viralizó con anterioridad y que ratifica que la actriz se mueve como una madre más y que no le esquiva a arremangarse para aportar un grano de arena. Así también reveló su gusto por el campo: "Tengo tiempo muy reducido, sobre todo en momentos de mucho trabajo como ahora. O sea, estoy tapada de cosas. Pero bueno, después en el medio intercalo con el jardín y la huerta"
Y finalmente sacudió todo lo preestablecido al reconocer que puede caminar sin problemas por Buenos Aires, por un motivo muy extraño: "La gente ni se da cuenta que soy yo la que llevo a mi hijo a la escuela, voy a andar en bicicleta, vamos a tomar un café con leche acá al río. No me paran por la calle, porque ando de championes, jogging y sin maquillaje y les paso por al lado".
