Teniendo en cuenta que es el primer aniversario de vida de Azul, su segunda hija, fruto de su relación con su marido Andrés Caldarelli, la hija del Diez decidió dejar la fiesta en manos de especialistas en el tema. Entre ellos su madre, Claudia Villafañe, quien desde hace años se dedica a la organización de eventos.
Sin dejar pasar por alto ningún detalle, a la celebración no le faltó nada. Por el contrario, tenía temática, contenido y comida tanto para grandes como para los más pequeños. En todo momento prevaleció la ambientación cargada de flores naturales y hadas.
Dentro de ese clima cálido y ameno, la agasajada disfrutó tanto del pelotero en tonos pasteles como del musical de su personaje infantil favorito: Plim Plim, el payaso preferido de los niños. “Nuestro amigo Achu, la nueva fan que se bailó todo con papá. Gracias por venir”, escribió Dalma Maradona en sus historias de Instagram agradeciendo la presencia del muñeco adorado por su hija.
Asimismo, en cuanto a intimidad del festejo, y a juzgar por lo que la propia actriz e hija del fallecido astro del fútbol dejó entrever, la decoración contó con una gran cantidad de globos que variaban en color y tamaño. En cuanto a la temática, que fue Jardín de Hadas, más allá de la ambientación también estaban personajes acordes a la idea que interactuaban con la gente.
EL TIERNO POSTEO DE FIN DE FIESTA DE DALMA MARADONA CON SU HIJA AZUL
Flores, mariposas, mesa de comida, candy bar, maquina de pochclos y mucho más podían disfrutar los invitados a la fiesta de Azul quien ese día fue la homenajeada, mimada y acompañada por su mamá, su papá, su abuela, su tía Gianinna, su primo Benjamín Agüero y por los más allegados de la familia.
Un detalle no menor fueron los jardineros del jardín de hadas quienes paseaban con su regadera por el salón cuidando de la gran variedad de flores que le aportaban frescura y color al lugar. “Feliz cumple, hijita de mi corazón”, escribió Dalma a modo de fin de fiesta, mientras posaba con Azul en brazos pero de espaldas ya que ha decidido no mostrar, por ahora, el rostro de sus hijas.