Cuando habían empezado a llegar noticias un poco más alentadoras que las de la semana pasada, la salud de Jorge Lanata volvió a sufrir un retroceso: menos de un día después de recibir el alta, el periodista debió ser reingresado a la Fundación Favaloro, donde se decidió atenderlo en la sala de cuidados intensivos para seguir atentamente su evolución.
El lunes, Lanata había salido de allí tras permanecer 19 días internado como consecuencia de una rebelde infección urinaria que le generó otras complicaciones. Durante esas casi tres semanas en el nosocomio fue y vino de la sala de cuidados generales a la terapia intensiva. Finalmente, como su cuadro había mejorado, se lo mandó a su casa para que siguiera en reposo.
Pero algo pasó que llamó la atención de aquellos que conviven con él, quienes conocen de cerca la endeblez de su salud y están muy alertas a cualquier cosa que suceda. Lanata levantó fiebre, y como esa temperatura no cedía de las formas convencionales se lo llevó nuevamente al centro asistencial.
Allí tampoco dudaron: no había tiempo que perder y se lo condujo de inmediato a terapia intensiva, donde se lo sometió a todo tipo de chequeos. "La fiebre estaba muy alta, y con los antecedentes de Lanata se sospecha que hay una infección. Si me equivoco pido perdón, pero entra una bacteria, da una temperatura muy alta y entonces se alteran todos los valores. Esto lo dicen los médicos, no yo", aseguró Carmen Barbieri esta mañana.
LOS DATOS DE LA SALUD DE JORGE LANATA QUE GENERAN GRAN PREOCUPACION
Otra cosa que contaron en Mañanísima es que "hay algo que Lanata no puede controlar, y es su adicción al cigarrillo. Estuvo un mes sin fumar y no se aguantaba las ganas, no daba más. Dicen que una de las primeras cosas que hizo fue pedir un cigarrillo y prendérselo. Esto es algo que contó su propia esposa, Elbita Marcovecchio, no es que lo inventamos nosotros", se dijo también en lo de Carmen.
"Muchas veces se decide una externación para que un paciente no se enfrente al riesgo de agarrarse otra bacteria o algo nuevo, porque en los hospitales suelen dar vuelta toda clase de bacterias. A mi me pasó una vez que me caí y tuve que ir a quirófano para que me pusieran el hombro en su lugar. A las pocas horas me mandaron a casa, y eso que estaba muy dolorida. Me dijeron "no importa, preferimos que te aguantes el dolor mientras nosotros te vamos siguiendo a que exista la chance de que te pesques algo nuevo acá adentro", recordó la Barbieri, quien como todos estaba muy preocupada por la salud de Lanata.