Al regresar a suelo argentino luego de varios años viviendo en el exterior donde eligió acompañar a su esposo Martín Demichelis y dedicarse por entero a la familia, los cambios en la vida de Evangelina Anderson se dieron en todos los aspectos… incluso en lo estético.
Es que a poco tiempo de reinsertarse en Buenos Aires la ex vedette retomó con su faceta de influencer, comenzó a participar de algún que otro programa de televisión, se reencontró con viejas amistades y se sometió a un tratamiento para dejar atrás una parte de su pasado.
Tal como supo compartir en sus redes sociales Eva recurrió a uno de sus médicos de confianza quien con la ayuda de aparatología de última generación a través de un sistema láser le comenzó a borrar algunos de sus tatuajes, esos que alguna vez se hizo creyendo que serían una marca en la piel para siempre.
La participante de Los 8 Escalones fue mostrando en su cuenta de instagram algunos de los pasos que fue siguiendo con la intención de eliminar para siempre dos de ellos: la silueta de tres aves, que simbolizan a sus hijos, Martín Bastián, Lola y Emma, posados sobre una línea que terminaba en un firulete que formaba un corazón y un corazón del dedo meñique.
¡EN CARNE VIVA! ASI QUEDO LA PIEL DE EVA ANDERSON DESPUES DE SACARSE LOS TATUAJES
Tal como explicaron en el centro médico en que se realiza el tratamiento, la tinta es fragmentada en partículas minúsculas que el organismo elimina naturalmente a través del sistema linfático. Sin embargo, fue la propia Anderson quien en la mañana del martes 24 de octubre y tras varias sesiones, mostró cómo le quedó la piel luego de las intervenciones.
“Si les da impresión pasen de largo”, comenzó la ex vedette y siguió: “Me estoy sacando los tatuajes. Son 6 sesiones y ya voy por la cuarta. Me acabo de sacar la venda y… ¿quieren ver como está quedando? ¡No se asusten!. Ahhhh”. Tras mostrar la piel de su dedo en carne viva pasó al otro tattoo.
Haciendo gestos de dolor Eva se dispusó a quitar la protección del otro retoque en su antebrazo y lanzó: “Ahora vamos a ver cómo quedó el otro que me saqué”. Si bien aún se sigue viendo algo de la tinta impresa en su piel ya le queda poco para terminar de quitarse por completo dichas ilustraciones. ¡Que dolor!
