¿Qué podía salir de una noche en una lujosa habitación de hotel con Christian Castro, Diego Armando Maradona, Guillote Cóppola y "los de Oasis" de un lado, y un sinfín de jóvenes, explosivas y exuberantes mujeres del otro? Entre ese millón de cosas que se están imaginando también puede haber una gran anécdota. Una como la que contó el cada vez más suelto y desenfadado cantante mexicano.
Siempre predispuesto para las charlas con periodistas a los que prácticamente ya trata de amigos y para las confesiones de todo tipo y color (hace poco, en otra entrevista por stream, dijo que todos los hombres "se parecen a sus tías" cuando cruzan la barrera de los 50 años) Castro, que espera su cuarto hijo con una argentina, visitó Vorterix y habló en "Paren la mano", el programa que comandan Luquitas Rodríguez, Alfre Montes de Oca y Germán Beder.
Los "muchachos", esencialmente vinculados al deporte, le preguntaron por su relación con Diego Maradona. "Sí, un gran amigo" les contestó, y antes de que le pidieran una historia empezó a relatarla prácticamente solo. "Yo he jugado con él. No sé cómo se le dice acá a ese tipo de partidos. He jugado futbolito" dijo el hijo de Verónica Castro. En México se le dice "futbolito" a lo que acá llamamos "un picado" o "un fulbito": un partido de 5 contra 5, o a lo sumo 7 contra 7.
Pero lo más fuerte vendría después. "Pero no sólo eso. Estando acá, en la Argentina, Diego ha venido al hotel. A mi habitación del hotel. Una habitación bien al estilo Crisitan Castro, totalmente lujosa. Y se ha quedado tiempo he, ha dormido en mi habitación. Bueno, dormir... dormir es una forma de decir", anticipó el intérprete de "Están lloviendo estrellas". Lo que se venía era, efectivamente, terrible.
CRISTIAN CASTRO CONTO SU ANECDOTA MAS LOCA CON MARADONA, LOS DE OASIS Y MUCHAS MUJERES
"Bueno, estaba Diego, Guillermo y también vinieron los de Oasis". Si bien no dio mayores precisiones acerca de quienes eran "los de Oasis", respondió "si" cuando los tres le preguntaron si eran "los Gallagher". "La cosa se puso muy afiebrada, imagínense. Con mucha gente desnuda por todos lados, con todos desnudos y de aquí para allá".
Pero eso, según él, no fue todo. "No, claro, porque había muchas mujeres. Ustedes entienden. Y bueno, eso fue una gran noche. Al otro día, a eso de las 5 de la tarde, Diego me preguntó si no sería mejor que tomara otra habitación del hotel, y yo le dije que si", pero ese deseo fue imposible de realizar: "Habían pasado tantas cosas que nos echaron del hotel, y si me preguntas a mi te diría que ya no soy bienvenido allí en ningún momento", explicó Castro.
