Radiante, espléndida y con un look maravilloso. Con una energía encantadora, Mirtha Legrand se acercó a la casona de su hija Marcela Tinayre para formar parte de la celebración de su cumpleaños. Su sola presencia activó una guardia de decenas de medios, que la abordaron para conocer sus sensaciones.
En ese enjambre de cables, de micrófonos, de cámaras y de periodistas estaba Paparazzi, que montó guardia en las adyacencias de la mansión de la madre de Juanita Viale en el lujoso Barrio Parque, una de las zonas más exclusivas y caras de toda la Ciudad de Buenos Aires.
Además de la curiosidad por conocer el obsequio que le preparó a su hija, Mirtha también se refirió a su reciente retorno a la pantalla chica con su histórico ciclo de almuerzos. Y principalmente a la tensión que electrificó su mesa con el cruce entre Ángel de Brito y Carmen Barbieri.
El hombre de LAM y la madre de Fede Bal llevaban varios días de chicanas, de lanzarse dardos de un rincón al otro y al encontrarse en el ciclo de la diva se sacaron chispas. Ahí, Carmen disparó: "No somos amigos, tampoco enemigos. ¿Sabés qué? No nos bancamos ninguno de los dos, no nos caemos bien".
A MIRTHA LEGRAND LE GUSTÓ QUE DE BRITO Y BARBIERI SE HAYAN PELEADO EN SU MESA
Ante la consulta de su visión de ese conflicto en su programa, Mirtha lanzó una declaración resonante: “Todo lo que sea un poco de pimienta viene bien. Pero no fue provocado". Y a lo que le añadió una concepción que no se articula con su estilo medido: "Si hay pelea, es mejor".
La diva también analizó la particularidad de competir en la franja horaria con su hija y sostuvo: "Yo dejo que las cosas circulen". En tanto que añadió su postura ante las mediciones: "No estoy pendiente del rating. Solo quiero que el programa salga bien, que al público le interese".
IMÁGENES: CARLOS GONZÁLEZ.
