La aplastante victoria de Javier Milei en el balotaje presidencial empezó a dejar secuelas también en la televisión: Mariano Closs no esperó ni un día para tirarle flor de bombita a Luciana Rubinska, con quien comparte uno de los espacios centrales de discusión futbolera en ESPN, el canal que tiene los derechos de transmisión de "casi todas" las competiciones deportivas importantes.
Si bien no declaró a los cuatro vientos su simpatía por el peronismo, muchos dan por sentado que Rubinska apoya los postulados de "la causa nacional y popular" detrás de las que se embanderan los "K". Su labor en C5N, donde conduce uno de los noticieros más importantes, la ubica en esa posición ideológica para el saber y entender de aquellos que están atentos a los apoyos de "los formadores de opinión".
Closs, en cambio, tuvo un tono crítico para el gobierno de Alberto Fernández y CFK, gestión que llegará a su final en exactos 20 días, y si bien no comanda un ciclo que se dedica a la política cada tanto se le escapaba un comentario acerca de la difícil situación económica y social que vive la Argentina. Más que un comentario, lo que emitía eran críticas. Cuestionamientos. "Palos".
"La gente dijo "Es por acá". Y digo, desde mi lugar chiquito, minúsculo, de observador y periodista deportivo, me parece que se tienen que replantear un montón de situaciones" arrancó Closs, envalentonado y casi sin mirar a Rubinska. "Debe ser difícil pertenecer a medios donde te tienen que ir guiando. Cada cual tiene la convicción, vos poés estar trabajando o no..." le tiró.
LA TENSA DISCUSION ENTRE MARIANO CLOSS Y LUCIANA RUBINSKA
"En el periodismo deportivo pasa lo mismo, eh", le devolvió ella, que no se iba a quedar callada. Closs se la siguió redoblando la apuesta: "El día que alguien me escriba y me diga "tenés que decir esto", yo digo "muchas gracias" y me voy. Tengo mis convicciones y mi personalidad. ¡Mi personalidad!" prácticamente le gritó. "Yo no llevó esto a un terreno personal" intento defenderse la periodista.
Pero Closs no estaba dispuesto a dejar pasar la chance de marcar sus diferencias con Rubinska y repiqueteó con lo mismo: "El día que me bajen línea me voy. Pero porque es mi personalidad, no lo aceptaría". Luciana también recargó y tiró: "Pero digo, sabés, que es parte del periodismo que hay intereses que exceden. Yo te puedo hablar por mi, y te puedo decir que a mi nadie me dice lo que tengo que decir. Yo siempre digo lo que pienso e intento hacerlo con información, con serenidad y con conciencia de lo que se está viviendo. Por lo menos hablo por mi. Por el resto no puedo hablar" se "atajó" la morocha. ¿La dejó en orsay un poco, no?