El martes 2 de enero, Williams López se sentó en el Debate de Gran Hermano después de ser eliminado del juego, cumpliendo una vez más con la “profecía del sillón” que anticipa los expulsados semana a semana. Superada la crisis de nervios que vivió en la casa, Williams debió enfrentarse a Santiago del Moro y su panel.
Es que Del Moro no quiso pasar por alto las frases del Paisa que justifican, de alguna manera, la violencia que se respira, se vive y se habla dentro de la casa de Martínez, más que nunca en esta edición en la que la figura del programa es una persona que se hace llamar “Furia”.
Todo empezó mientras debatían la supuesta cachetada que le había dado Juliana Scaglione y la respuesta del correntino, que implicó sanciones para los dos y escándalo. “Mi viejo me pegaba para educarme”, contó el chico, luego de reconocer que había exagerado la reacción de la hermanita.
“No, pará. Este es un tema con el que no quiero joder. Hay dos chicos que confesaron dentro de la casa que fueron golpeados, es un abuso y es violencia”, lo frenó el conductor, muy serio, a lo que Williams presentó objeciones. “Yo no lo veo de ese lado”, planteó.
EL IDA Y VUELTA ENTRE SANTIAGO DEL MORO Y WILLIAMS LÓPEZ
“Dejame bajar ese mensaje porque este programa lo ve mucha gente. Nunca se educa con un golpe”, insistió Santiago, y recordó que Alan Simone también había contado que su padre sigue pegándole frente a sus amigos.
“Lo que contaste vos y lo que contó Alan era como se educaba a los hombres hace mucho tiempo, hace 100 años atrás. Nunca se educa con un golpe. Nunca, nunca. No hay que naturalizar la violencia, Williams”, insistió.
Pero el Paisa no dio el brazo a torcer y justificó las agresiones que vivió años atrás: “Yo lo veo de mi lado. Cuando era chico era sordo, vivía haciendo cagadas, me decían algo y yo lo volvía a hacer”.