La conexión siempre latió, las miradas cómplices se multiplicaron en esos meses de convivencia. A raíz de ese lazo natural, Julieta Poggio y Marcos Ginocchio protagonizaron una trama muy atrapante en Gran Hermano, con el deseo de millones de fanáticos de que se concretara un romance.
Los rumores se propagaron por doquier, hasta se sacudió todo el estamento del universo del espectáculo con aquella aseveración de Yanina Latorre, que suele gestionar data de primerísimo nivel, que refería a que los jóvenes disfrutaron de encuentros reales en un departamento de Palermo.
Esa versión no alcanzó el grado de confirmación, principalmente por Disney y el salteño se encargaron siempre de perjurar que solo los une una bella amistad. Recientemente se vinculó a Poggio con el hermano de Tini Stoessel, Francisco, de hecho se aseguró que viven un apasionado vínculo en José Ignacio.
Justamente la bella ciudad de Punta del Este ofició de escenario ideal para que Julieta y Marcos se reencontraran, dado que acudieron a la invitación de la Revista Gente de visitar Casa del Mar, para posar en la tapa de verano, que se configurará con una gama de influencers como Marta Fort, Angie Landaburu, Lizardo Ponce, Juariu y Cami Mayan.
JULIETA POGGIO Y MARCOS GINOCCHIO CHARLARON MUY MIMOSOS EN EL PARADOR DE REVISTA GENTE
Con el sol como acompañante ideal, un espacio precioso, las rocas que recibían la frecuencia amansadora del oceáno, Poggio y Ginocchio se entrelazaron en un profundo abrazo. “Ay, primoooo”, vociferó llena de alegría la modelo al divisar el ingreso del salteño en el lugar.
Y luego, con la sonrisa a flor de piel que la caracteriza, la famosa añadió: “Estoy feliz de estar acá junto a ustedes". Mientras que el ganador del reality focalizó en las beldades del espacio y sostuvo: "Qué lindo es el lugar, me encanta la propiedad y los detalles”. En referencia a la estructura que se ubica a unos metros del histórico faro de José Ignacio.
El episodio más sustancioso se produjo cuando Julieta y Marcos se alejaron de las miradas curiosas y caminaron hasta las rocas. Ahí, con la brisa del mar se lanzaron a la aventura de charlar en privacidad, para entablar una conversación con extrema complicidad y probablemente ponerse al día con la vida de cada uno.