El reconocido cocinero Sebastián Agost Carreño, más conocido como Coco Carreño, abrió las puertas de su casa y habló de su pasión por la gastronomía y de su historia de amor con el médico Andrés Fabbi, su pareja desde hace siete años.
En una entrevista con el diario La Nación, Coco Carreño contó que todos los días se despierta a las 6.30 para prepararse el desayuno. “La única comida que hago en casa”, reveló. “Vuelvo, me ducho y voy a mi restó (Coco Demaría), que se encuentra a muy pocos metros de mi partamento”, agregó.
De lunes a viernes, Coco Carreño aparece en la pantalla de Canal 9, con Escuela de Cocina, programa que hace con su gran amiga Jimena Monteverde. Luego, vuelve a su local, donde se queda hasta el final del día prácticamente.
El reconocido cocinero nació en una familia en la que un poco lo miraron raro cuando avisó que estudiaría gastronomía. Es el mejor de siete hermanos. Aprendió de chico, cuando sus padres, médicos, se iban todo el día, al igual que sus hermanos, que pasaban largas horas en el colegio. Por eso, cuando volvía del jardín, se quedaba con su nonna Carmela, una gran cocinera.
“Me dejaban ver en la tele Las Manos Mágicas y El Zorro, pero después la tenía que ayudar en la cocina. Yo veía el trabajo que significaba cocinar, pero también la felicidad en la cara de mi familia cuando llegaban a comer. La misma felicidad que veo ahora en la gente que come en mi restaurante. Eso me da mucho placer”, contó en la charla.
“Cuando terminé el secundario les dije a mis viejos que quería estudiar cocina. ¡Casi se desmayan! Todos mis hermanos habían elegido carreras más tradicionales. Me acuerdo de que mi papá me miró y me dijo: ‘¿Realmente querés pasar toda tu vida con olor a ajo y cebolla?’. Mi respuesta fue que sí”, recordó Coco Carreño.
Por otra parte, el cocinero habló de su amor con el médico Andrés Fabbi y reveló qué pasó cuando habló de su sexualidad con sus padres.
“Lo conocían, pero casi no le hablaban. Mi mamá no me la hizo fácil cuando se lo dije. Ahora se llevan bien, pero le costó. Recién unas semanas antes de que mi papá se muriera, me preguntó cómo estaba Andrés (por el contagio de Covid) y me dijo: ‘Cuando termine todo esto, nos vamos a reunir’. Fue la primera vez que lo nombró, pero la reunión nunca sucedió porque papá murió. Fue ahí cuando mi mamá hizo un cambio de timón y empezó a abrirse más”, confesó.
Por último, Coco Carreño se refirió a la posibilidad de convertirse en padre. “A mí me gustaría, pero a él no. Me pasa lo mismo con la mudanza. A mí me gustaría un lugar más grande porque la cocina es diminuta. Y a él no. Ninguno trata de forzar al otro. Yo tiro un tema, dejo que lo analice por unos días y después contraataco. Lo más importante es que siempre nos volvemos a elegir”, cerró.