El aislamiento forzado, y también voluntario, provoca todo tipo de interacciones sociales entre ese grupo reducido que se internó en esa casa. Con el correr de los días salen a flote estratagemas, alianzas, conexiones y todo tipo de situaciones, como la que experimentó Zoe Bogach.
La blonda, que sorprendió al ingresar a Gran Hermano que no le interesa en lo más mínimo estudiar ni trabajar a los veinte años, se trenzó en un diálogo divertido, y algo picante con una gran mayoría de los hombres, en la habitación de los chicos.
Tumbada en una cama, con un lenguaje de fiaca, de relajación absoluta, la rubia recibió la consulta curiosa de Alan, que procuró ahondar en sus consideraciones: “¿Hay un porcentaje de que pase algo con alguien de aca?”. Ante lo cual respondió: “Me siento re pelotuda si me boludean así”.
Luego los hombres jugaron con que varios compañeros sienten una atracción muy poderosa por Zoe, hasta que incluso más de uno se encuentra enamorado, totalmente embelesado. Por eso, Alan redobló: “Por ahí en unas semanas cambia de opinión. Hay un enamorado de Zoe le vamos a decir quien es si nos dice que porcentaje hay que pase algo, si nos dice que no quiere saber nada, no le diremos”.
Totalmente en eje, sin despeinarse y entendiendo el momento de chanza, Bogach recibió la pregunta de Bautista muy peculiar: “Todavía no escuché el top tres de los más lindos de acá para ella”. Un tópico común, o ciertamente lógico en un contexto social de jóvenes.
Frente a esa propuesta, Zoe sorprendió al soltar una frase muy tajante, con la que descartó de cuajo cualquier posibilidad de romance .”No, no chicos. Para mi tienen vagina ustedes, ya les dije”, bramó la nacida en Corrientes, pero que vive y se crió en Recoleta.