Las bifurcaciones misteriosas de la vida lo posicionaron en un terreno desconocido, que no imaginaba, pero que en algún punto deseaba en lo más hondo de su alma. Marcos Ginocchio experimentó un giro radical, que sacudió toda su realidad con el triunfo en Gran Hermano.
El salteño disfrutó de las mieles de conquistar la edición de retorno a la pantalla del reality, que se convirtió en un fenómeno imposible de valorar en todas sus dimensiones, a raíz de las cifras estrafalarias de mediciones y ni hablar del impacto en la opinión pública.
A pesar de las secuelas positivas, de todas las puertas que se abrieron a su paso, Marcos ha adoptado un perfil diametralmente opuesto a la mayoría de sus ex compañeros, quienes se zambulleron de lleno en la industria, ya sea en la pantalla chica, el streaming o el teatro.
Prácticamente no trascienden datos del presente de Ginocchio, que rechazó una montaña de ofertas laborales, y que en sus escasas declaraciones repite que analiza que camino tomar, aunque ya adelantó que se inclinará por el modelaje, mientras se forma en otras ramas, como la actuación.
MARCOS GINOCCHIO POSÓ EN PINAMAR Y GENERÓ FUROR
En todo ese contexto, ese halo de misterio, el salteño acaba de activar un sismo de repercusión. ¿Qué pasó? Resulta que Marcos se trasladó a la costa atlántica, más precisamente a la aspiracional localidad de Pinamar durante el reciente fin de semana.
Desde esas playas, Ginocchio creó contenidos para sus redes sociales y alimentó su perfil digital con una gama de fotos muy bien logradas, en las que reluce su fisonomía, toda su facha. Por eso, las redes estallaron con comentarios halagadores a su belleza.
Dentro de un tsunami de comentarios, las fanáticas del ganador de Gran Hermano tiraron mensajes impresionantes como: “Tanta carne y yo a dieta", "Más fuerte que cachetazo de loco", "Ese lomo", "Odio el verano pero por estas fotos, lo banco", "Te amamos" y "Una escultura".