Juana Viale profesa un perfil muy bajo en todo lo que refiere a su vida privada y principalmente en lo relacionado con sus hijos, por lo que procura ejecutar todos los mecanismos posibles para mantenerlos fuera del radar de la visibilidad pública y la atención de los medios.
En ese sentido, la nieta de Mirtha Legrand agudiza ese comportamiento en lo que respecta a la enfermedad de su heredero Silvestre, que es el mayor de los niños que trajo al mundo de la mano de Gonzalo Valenzuela. Ahora, se acaban de filtrar detalles, de la mano del chileno.
El actor rompió el silencio sobre la epilepsia, esa enfermedad crónica que se presentó en el camino del adolescente cuando transitaba por los 12 años. La información la vertió en un vivo de Instagram, en el que exhibió un extremo coraje para abordar un tema sensible.
Respecto a la situación específica en que Silvestre tuvo su primer ataque, Gonzalo brindó un contexto al narrar con mucho cuidado: "Fue súper fuerte. Yo estaba acá, en mi casa, y mis hijos me pidieron dormir en mi cama". Y añadió: "Cuando me fui a acostar, desperté con unos golpes y no entendía qué estaba pasando”.
CÓMO ES LA ENFERMEDAD CRÓNICA DEL HIJO MAYOR DE JUANA VIALE
En ese sentido, el trasandino describió el cuadro de esa circunstancia y el estado de su pequeño. “Silvestre estaba en un estado irreconocible”. Así como compartió las sensaciones que lo atravesaron en ese instante: “Se me paralizó el cuerpo, lo agarré en brazos para que su hermano no despertara".
El miedo se apoderó de su corazón, de su alma, porque temió el peor de los escenarios. Así, Valenzuela manifestó: “Pensé que se me había muerto en un minuto, estaba pálido, con los labios morados. Estuvo inconsciente mucho rato después del ataque".
En la continuidad del relato, la ex pareja de Juana Viale explicó los pasos que siguieron y su desesperación al solicitar ayuda a los vecinos. De ese modo, Silvestre terminó en una guardia de una clínica de Santiago de Chile para atender aquella circunstancia adversa.
A la hora de especificar el encadenamiento de esa internación, Gonzalo confesó: “Fueron cuatro días de espera muy angustiantes, de los resultados, empieza uno a descubrir un mundo nuevo. La incertidumbre es un lugar muy complejo de habitar".