Eliana Guercio y Chiquito Romero llevan escrita una historia de amor que en octubre de este año cumplirá 16 años. La pareja atravesó diferentes momentos y en medio de su amor formaron una familia hermosa que hoy disfrutan a pleno.
La vuelta del arquero al fútbol argentino con Boca Juniors, tras estar más de una década en el exterior, permitió que Eliana pueda volver a trabajar. En el Debate de Gran Hermano y otros proyectos que tiene, a la mediática se la nota muy entusiasmada.
Sin embargo, no todo fue color de rosa para Guercio, quien reconoció que la pasó muy mal viviendo en el exterior. Principalmente porque no podía desempeñarse, lo que más la atormentaba era no poder tener su propia independencia y eso generó severos inconvenientes.
“Cuando estás en tu país es distinto, porque sentís que estás como en tu casa. Cuando estás en otro lado no es lo mismo, no terminás nunca de asentarte, por más que sea divino y países del primer mundo. Estoy todo el tiempo luchando con el idioma, que salvo el italiano soy una bestia”, comentó Eliana.
LA FUERTE REVELACIÓN DE ELIANA GUERCIO
Fue tan grande el hecho de no encontrar algo para hacer, que eso derivó en una crisis interna y la cual debió enfrentar junto a su marido. Si bien contaba con el apoyo de Romero para todo, volver a Argentina terminó siendo clave.
“Recién ahora que estamos acá, estamos como más rutinarios. Yo ahora estoy mucho mejor porque estos de trabajar me devolvió a la vida. La pasé muy mal sin trabajar. Estando afuera necesitaba tener aunque sea un kiosko, me hubiese ido mejor. Me angustiaba mucho no hacer nada”, confesó Guercio en El debate del Espectáculo.
Y al finalizar hizo una interesante reflexión y también habló del caso de Wanda Nara: “Hace mal eso. La culpa es nuestra porque tenes que buscar la forma de hacer otra cosa. Yo tenía todas las posibilidades, pero me daba mucho miedo no conocer el idioma, las leyes o invertir y perder el esfuerzo de tu marido. Wanda fue una genia, para mi también era como yo hasta que se dio cuenta y ahora hace de todo”.
