No se puede usar color amarillo.
No hay que pronunciar la palabra víbora.
No se puede nombrar a cierta gente.
La televisión está llena de mitos y creencias para ahuyentar la mala suerte y las energías negativas, elementos que no alcanzaron para que algunos programas fueran alcanzados por verdaderas y pesadas maldiciones. TVR, Morfi y los campeones del Bailando son los ejemplos más concretos.
Esta semana, apenas un puñado de horas más tarde de debutar como conductora de Morfi, Lizy Tagliani cayó en desgracia después de disfrutar de un reinado farandulero y popular absolutos por casi 10 años. Marcela Tauro la acusó de "roba novios" y dio el puntapie de los peores días en la vida artística de la humorista. Hasta se dijo que Santiago del Moro, "el tipo más bueno de la televisión", no la aguanta y le dice "la desagradecida".
El "Caso Lizy" es el último de una serie de calamidades que sufrieron todos los que pasaron por la conducción de ese programa, a saber: Jey Mammón fue acusado públicamente de violación y aunque la causa había prescripto fue brutalmente cancelado. Recién ahora está volviendo, y en el teatro. Jésica Cirio fue alcanzada por el escándalo que protagonizó su ex marido. Georgina Barbarossa tuvo que operarse de manera urgente de una vieja dolencia en las rodillas. Diego Leuco se separó de su novia Sofía Martínez en el mejor momento de la carrera de ambos.
Esta semana, también, Claudio Morgado fue denunciado en la justicia, en los medios y en las redes sociales por estafas reiteradas contra compañeros de trabajo, amigos y algunos familiares. Se habla de cifras multimillonarias y de un modus operandis reiterado y repetido. Morgado, que fue funcionario y hasta candidato a vicepresidente de la Nación, condujo durante mucho tiempo el programa TVR, apócope de Televisión Registrada. El dice que fue su mujer y que debió internarla por su psicosis.
Quien era su compañero en ese ciclo y había hecho del latiguillo "no te tenemos miedo" era Fabián Gianola, un actor al que le quedó trunca la carrera cuando una mujer lo denunció por acoso, abuso y otros delitos de índole privada y sexual. También dejó de ser convocado en la tele y en el teatro, aunque fue absuelto. Algo parecido pasó con uno de los sucesores de ambos, Pablo Rago: lo acusaron de violación y lo declararon inocente de cualquier instancia y hasta le pidieron perdón, pero el dolor de cabeza no se lo quita nadie.
LOS PROGRAMAS MALDITOS DE LA TELE
"La maldición de los campeones del Bailando" es, quizás la más conocida y larga de todas. Los ejemplos se multiplicaron a medida que fue pasando el tiempo. Por ejemplo, Carmen Barbieri se separó de Santiago Bal en un escándalo de infidelidades pocas veces visto poco después de coronarse allí. Su hijo, Fede Bal, fue acusado de por Barbie Velez de golpeador y violento. Unos meses antes se había consagrado en la pista.
A la Mole Mole le bastó ser campeón en la pista para ser alcanzado por el rayo fulminizador: descubrieron que apoyaba las carreras de galgos y hasta fue condenado por la justicia por una denuncia de su ex mujer, "La Negra". Nico Occhiato levantó el trofeo siendo novio de Flor Vigna y en menos de un mes anunciaron su separación. Flor de la Ve cayó en bancarrota tras ser la mejor en Showmatch. Luego se recuperó, pero que sufrió nadie lo duda.
Pampita salió le dio el primer beso como campeona a Benjamín Vicuña, por entonces su marido. Un par de meses más tarde lo enganchó el un motorhome dandole de comer "una palta" a la China Suárez. Fue el bochorno más grande de los últimos tiempos. La prometedora carrera de Carla Conte se esfumó de buenas a primeras. No es que no haya tenido laburos, pero aquel estrellato que prometía nunca se concretó. Hernán Piquín, bi campeón junto a Noelia Pompa, fue acusado de maltratador y "mal pagador" por muchos de sus compañeros de sus compañías de baile.
¡Una ristra de ajo y a cruzar los dedos!
