La década de los 80 estaba por terminar cuando Brad Pitt se mudó a Los Ángeles para probar suerte en la industria de Hollywood. Allí, mientras hacía castings para pequeños papeles en sitcoms, películas y demás producciones, Brad conoció a una mujer de quien se enamoró perdidamente: Jill Joelen.
Mientras que Pitt recién arrancaba su carrera, Joelen ya tenía un recorrido hecho como actriz y cantante. Ella era la protagonista del primer largo en el que quedó el actor, Cutting Class, un film de terror del género slasher que no fue bien recibido por la crítica. Sin embargo, los actores arrancaron una intensa relación.
Durante un año apenas, Brad y Jill se mostraron juntos y súper enamorados en todos los eventos de LA. Tan comprometido estaba él, que llegó a pedirle matrimonio. Ella dijo “sí”, pero la boda nunca llegó a concretarse, marcando a fuego al actor de Thelma y Louise, que vivió su primera gran decepción.
“No olvidas algo así y quizás nunca he conseguido superar completamente el sentimiento de humillación”, reconoció Brad Pitt hace unos años al diario The Sun, al recordar cómo terminó la relación, mientras ella estaba filmando una película en Hungría y le pidió desesperadamente que fuera a verla.
ASÍ TERMINÓ EL PRIMER GRAN AMOR DE BRAD PITT, EN 1989
“Me llamó a Los Ángeles y lloraba al teléfono, se sentía sola y algo malo pasaba… En ese momento tenía 800 dólares a mi nombre y me gasté 600 en comprar un billete hasta Hungría para verla", relató el actor.
Schoelen estaba rodando en Budapest una remake de El fantasma de la ópera junto a Robert Englund (“Freddy Krueger") y cuando Pitt apareció en el rodaje, se acabó el idilio. Me dijo que se había enamorado del director de la película”, contó Pitt. “Me quedé tan en shock que solo pude decir: 'Me marcho de aquí”.
