Hay una constante entre la mayoría de las mujeres que tuvieron que abandonar Gran Hermano: un vestido blanco. Fue a partir de la eliminación de Florencia Regidor que quedó en evidencia el "daño" que habría generado esa prenda entre quienes fueron jugadoras del reality show.
La última mujer, por lo menos hasta el momento, en quebrar su deseo de llegar a la final del programa fue Florencia quien, en la cena de nominados, usó esa indumentaria hasta la rodilla, ceñida al cuerpo, con espalda al descubierto y con dibujos en color negro.
Horas después, Regidor tuvo que dejar la casa e irse por donde había entrado semanas antes. Pero haciendo historia de lo que pasó en los casi 6 meses que lleva la competencia, una a una las chicas que fueron usando ese modelito, casualmente o causalmente, quedaron afuera del juego.
Empezando por Agostina Spinelli, siguiendo por Zoe Bogach, continuando por Paloma Méndez y hasta la propia Catalina Gorostidi que para muchos pudo representar a una gran competidora para Furia, con quien fueron amigas hasta que en un momento se convirtieron en totales enemigas.
LA ENERGIA DE LAS PRENDAS DE LAS MUJERES DE GRAN HERMANO
Hay quienes aseguran que las prendas llevan la energía de las personas que supieron usarlas. Por eso, en tiempos donde la moda circular se convirtió en una gran alternativa para enfrentar los altos costos en el rubro de la indumentaria, hay gente que sigue eligiendo usar prendas sin uso.
Según entendidos, desde una perspectiva espiritual, la ropa sucia y usada suele ser un imán de energías negativas, debido a que en la mugre y el sudor se acumulan y se impregnan en las vibraciones negativas de lo diferentes sitios con los que también ha estado en contacto.